Citroën 2CV 6 de Universal Hobbies

Pertenece a la colección temática francesa "Passion Citroën".


En 1968 y tras la aparición del Dyane, el 2CV entró en un franco retroceso de ventas por lo que en Citroën se plantearon efectuar una serie de mejoras a su modelo más básico. Así, aparecieron a principios de 1970 los modelos 4 y 6 con clindradas de 435 y 602 cm3 respectivamente, y 29 CVs de potencia en el modelo superior. Este último motor provenía del Ami 6 y poseía un mayor par motor, aunque ahora ya no podría habérsele llamado como "2CV" ya que su potencia fiscal ascendió a los 3 caballos de vapor.

Estéticamente estas nuevas series vieron como los intermitentes delanteros se desplazaron hacia las aletas, integrándose en ellas, y en la trasera se adoptaron los grupos ópticos del Ami 6. La calandra ahora es de aluminio (en vez de plástico) y aparecieron nuevos colores muy de acorde al espíritu de la época por su viveza: verde, rojo, amarillo y azul. Todos esos cambios lograron reanimar las ventas y además tuvieron la fortuna de aparecer en un entorno de crisis económica que había comenzado en 1973.

La fama de ser un vehículo destinado a un público joven, contestatario y un tanto bohemio llevó a decir por aquel entonces que cada 2CV salía de la fábrica con un adhesivo de "Nuclear? No, gracias!" pegado en su carrocería e incluso se creó un vínculo de camaradería entre sus propietarios, que solían saludarse entre ellos en la carretera. Fue el vehículo de los que se oponían a la cultura del consumo desmedido y de los ancestros de los actuales ecologistas, que veían en aquel feo (pero simpático vehículo) un compañero de andanzas frugal, duro y muy cómodo para recorrer cualquier clase de caminos.





























Tenemos un nuevo representante de la colección francesa de miniaturas sobre los 2CVs que se editó hace algunos años y que se situaba por encima de la media de lo que era habitual encontrar por los kioskos europeos, ya que el fabricante es Universal Hobbies y eso se nota por la finura del molde, un pintado excelente y, sobre todo, un magnífico interior con un tapizado de asientos sorprendente. Externamente el detallado es muy bueno, aunque algunos elementos no han sido encajados como debiera ser y se observan algunas desalineados en los faros y ópticas traseras. Son ejemplares en general muy bien hechos y simpáticos, provocando las ganas de hacerse toda la colección y llaman la atención de todo aquel que los ve en las vitrinas.