Leyland Beaver "Transportes J.Ribes" de IXO/Salvat

 

Pertenece a una colección de kiosko titulada "Camiones y Autobuses Españoles" de la ed. Salvat

Hasta la llegada en los años 50 de Barreiros y ENASA en España se hizo un hueco el camión medio pesado inglés Leyland Beaver, de incómoda y difícil conducción. No obstante su robustez y su temprana llegada en la postguerra fueron atributos suficientes como para llamar la atención de los transportistas nacionales de aquella época tan complicada.

En un entorno casi sin competidores, Leyland se introdujo en el depauperado mercado nacional del transporte de los años 50 que vivía aún en gran parte con el material americano de guerra. No obstante su aparición tuvo lugar de la mano de ENASA basándose en el Beaver, que formaba parte de una vieja gama de camiones medios y pesados con nombres de animales (otros integrantes se llamaron "Rhino", "Octopus", "Hippo" y "Beaver" que significa "castor"). Dicha gama había sido concebida a finales de los años treinta y principios de los cuarenta y se siguió vendiendo sin muchos cambios tras el conflicto mundial, aunque sí vieron aumentada la potencia de sus motores.

La gama también tenía versiones con cabina avanzada, pero por ciertas razones (de seguridad, refrigeración y accesibilidad al motor) en España los transportistas de entonces preferían los camiones "con morro". Estos camiones venían importados desde Gran Bretaña semi acabados para ser completados y carrozados artesanalmente en nuestro país, en cuanto a la motorización del Beaver (el modelo más frecuente) estaba constituida por un bloque Leyland Diesel de cuatro tiempos con inyección directa en sus seis cilindros con un cubicaje de casi diez litros. 

Con tan solo 125 CVs el Beaver habitual en 6x2 tenía que lidiar con 26 toneladas de MMA frecuentemente sobrepasadas e incorporaba (para mayor desesperación del conductor) una cabina demasiado sencilla, sin apenas comodidades. Tampoco ayudaba el selector de la caja de cambios manual con doble palanca y sin sincronizar pero al menos se contaba con la ayuda del freno motor Telma, de obligada instalación en España para los camiones de más de 16 toneladas.

La presencia casi anecdótica de estos camiones ingleses en el mercado español terminó a finales de los 50, cuando la industria nacional ya pudo ir haciéndose cargo de la motorización del país al contar con modelos de diseño y producción local. Actualmente quedan muy pocos de estos camiones en España por que son complicados de restaurar, no obstante pueden verse todavía algunas unidades de fruteros murcianos y levantinos que vencieron al tiempo.

Gran sorpresa la de este modelo de la colección de Salvat, un precioso e imponente Beaver excelentemente replicado que se puede poner sin complejos al lado de nuestras mejores reproducciones de Minichamps o SCHUCO sin deslucirlas. Si se quiere explicar la evolución del coleccionable de kiosko sin duda habría que mostrar este ejemplar y ponerlo a lado de aquellos "camiones de antaño" comercializados por Altaya hace unos 15 años, ya que entonces veríamos el salto brutal que experimentaron en cuestión de calidad, detallado y hasta rigor histórico. Estoy seguro de que este modelo será uno de los mejores de este año recién comenzado en el Garaje y ya ha puesto el listón tan alto que será complicado siquiera igualarlo; mi entusiasmo reside en la calidad del molde, el pintado, la terminación de todos los bajos (ese deposito con su indicador!), el imponente morro y el detallado exquisito del interior. Y todo ello por menos de treinta euros! Solo criticaré, por criticar, los "semi" pinchitos de los faros y la presencia de paredes lisas en el interior de la caja, no así del suelo.