Barreiros 42/20 300 "Font Vella" de IXO/Salvat

 

Pertenece a la colección "Vehículos de Reparto y Servicio" de la editorial Salvat España.

El Barreiros 42/20 de doce toneladas fue un camión español de diseño propio presentado en 1969, siendo fabricado en la factoría madrileña de Villaverde. El modelo no seguía la línea de Berliet y supuso un gran éxito comercial para la firma de don Eduardo en gran parte debido a la fiabilidad de su motor B-26, ya muy probado en los anteriores camiones Super Azor y Super Azor Gran Ruta. 

El 42/20 fue obra del ingeniero Mario Gamarra y respondía a la necesidad de fabricación de un producto más barato que no incorporase cabinas de Berliet, entregadas en kit de montaje para ser ensambladas en la factoría. Ahora las nuevas cabinas (denominadas como CP-67 y CP-73 respectivamente con y sin litera) eran autoportantes y estaban construidas en chapa estampada en frío, siendo ofrecidas en una gama de tan solo cuatro colores.  

Dichas cabinas se pretendía que tuviesen una disposición y habitabilidad semejantes a lo que se podía encontrar en los turismos de entonces y por ello incorporaron puertas en el sentido de la marcha con llave y seguro, fácil acceso mediante estribos, deflectores en las puertas, limpiaparabrisas con dos velocidades de barrido, una potente calefacción con sistema antivaho e insonorización mediante fibra de vidrio y manta acolchada en el capó. También la visibilidad al exterior fue muy estudiada, siendo un punto que la crítica destacaría positivamente a menudo.

El propulsor del 42/20 era un seis cilindros diesel de inyección directa con algo más de diez litros de cubicaje y 170 CVs de potencia que no iba nada forzado, siendo una garantía de rendimiento duradero y económico (el consumo era de unos 30 litros a los cien). Los frenos eran neumáticos e independientes para cada eje y opcionalmente se podía incorporar un sistema eléctrico con cuatro puntos prefijados accionado mediante un conmutador, teniendo siempre cuidado de no sobrecalentar el sistema.

Otros aspectos técnicos incluyeron la caja de cambios 552 con cinco velocidades adelante con reductora, obteniendo entonces diez. Posteriormente se incorporó otra con cuatro relaciones en dos grupos (pasando a ser ocho en total) con sistema de preselección neumático; todas las marchas eran sincronizadas salvo la de retroceso. De todas formas algunos propietarios no quedaron satisfechos con estas cajas y fueron a veces sustituidas por otras "de bola" origen Pegaso.

Para los modelos de 1973 y 1974 se efectuaron algunos cambios externos e internos que en algún caso corrigieron fallos, como la tendencia a fundirse las bombillas de los faros debido a las vibraciones. Por ello se utilizaron los mismos que llevaban los Pegaso Tecno y los "cabinas cuadradas", unas ópticas de marca Rinder. En el interior los cambios afectaron al cuadro de mandos, presentando una mejora en su ergonomía y externamente se colocaron unos pasamanos para facilitar la limpieza de la luna delantera y la calandra, además de cambiar el diseño y la posición de los intermitentes.

El 42/20 tenía como principal rival al Pegaso 1065 "Europa", teniendo los dos la misma potencia aunque parece que el tiempo respetó más al modelo de ENASA. Actualmente se encuentran bastante menos modelos del 42/20 que los del "caballo volador" y, entre los supervivientes, podemos verlos también con los nombres de Dodge e incluso Renault según los vaivenes comerciales de Barreiros.

Este 42/20 es otro de esos camiones que yo veía cuando era pequeño y que tuve en miniatura, normalmente fabricado por Guisval (en particular recuerdo el que tuve con colores militares que me encantaba). Estos Barreiros no han salido anteriormente a 1:43 tanto como los Pegaso y en mi colección suponen una novedad, pero para empezar a hablar de este volquete (extrañamente presentado como de Font Vella, un embotellador catalán de agua mineral) he de decir que es un modelo exclusivo de regalo para abonados que alcanza precios muy altos en la reventa. Dicho lo cual puedo señalar las cualidades del modelo, entre las cuales sin duda reina la cabina (por su molde), el pintado multicolor, las ruedas, una parrilla excelente y un interior no tan destacable. De ahí para atrás lo que hay cumple sin más, con una trasera quizás demasiado simple pero con una cuba y unos bajos bastante buenos. Es un modelo recomendable, pero mejor sería esperar a ver si acaba saliendo reeditado a un menor precio, cosa que ya sucedió antes en España con otras miniaturas de kiosko.