miércoles, 25 de enero de 2023

NSU Autoar Prinz 30 MkIII de PCT/Salvat

 

Pertenece a la colección "Autos Inolvidables Argentinos" de la editorial Salvat Argentina.

En 1960 el Prinz II fue reemplazado por un nuevo modelo con suspensión muy mejorada aunque sin cambios en su motor. El modelo no solo se fabricó para el mercado europeo; en Argentina también fue producido por la empresa Autoar ya que poseía una licencia de fabricación otorgada por NSU desde 1959. En este país el Prinz III llegó a ser producido en algo menos de 2.500 unidades hasta 1962, coincidiendo con la retirada del modelo en Alemania.

Los planes de producción del Prinz para Argentina estimaban unas 15.000 unidades hasta 1965, iniciándose la fabricación en 1960. En Argentina se esperaba repetir el mismo éxito de ventas que en Alemania replicando sus virtudes de economía de mantenimiento y sencillez mecánica, pero su precio lo acercaba peligrosamente a otros rivales con mayor entidad como el Citroën 2CV o el De Carlo 700.

El Prinz 30 era idéntico al modelo alemán salvo por la lógica inscripción de la marca del fabricante local en el frontal y unos paragolpes reforzados. Por tanto contaba con carrocería monocasco tipo sedán de dos puertas con espacio para cuatro plazas, motor trasero, suspensión independiente en las cuatro ruedas y una gran relación peso/potencia que le otorgaban buena agilidad en el tráfico urbano. 

Gracias a su motor, un bicilíndrico a gasolina de 583 cm3 de cuatro tiempos que en la versión base entregaba 24 CVs (diez más para el modelo 30), el Prinz estándar podía alcanzar los 100 Km/h y 120 para el 30. Éste, además, podía contar con elementos diferenciadores como la pintura bicolor y el techo solar opcionalmente, pero los dos modelos llevaban la misma caja de cambios manual de cuatro velocidades aunque sin sincronizar en el básico.

En cuanto al equipamiento constaba de calefacción, asientos delanteros reclinables con regulación en su longitud, velocímetro con cuentakilómetros, llave de encendido, batería de doce voltios con arranque por dinamo, limpiaparabrisas, diversas luces testigo, nivel de combustible y un lugar predestinado para colocar el receptor de radio. 

El Prinz fue el mayor éxito económico de Autoar a pesar de que el modelo no era cómodo ni estaba hecho de forma muy sólida, aunque perviven bastantes ejemplares en Argentina. Estos coches significaron un hito en la historia de la automoción argentina ya que fueron parte de sus primeros modelos producidos en serie, por lo que son especialmente cuidados por los aficionados locales.















Quizás como un integrante más de la familia de microcoches europeos clásicos, Salvat nos presentó hace ya unos años este simpático Prinz con matrícula de la turística localidad de Bariloche y un color verde pastel muy de época. Si bien se aprecian algunos fallitos de calidad en la pintura y cristales, no son suficientes como para empañar el resto del trabajo de PCT y su bonita estampa. También obviaremos la falta de detalle del interior, por el precio de la miniatura no podemos pedir más. Es un modelo de la primera tanda que marca cómo fue de buena la evolución de la colección argentina hasta alcanzar su buen nivel actual.















6 comentarios:

  1. Una bellezaaaa!!!!!
    Este fue de los "indiscutibles indudables inolvidables", amor a primera vista.
    Lo compré en cuanto vi la cantidad de insertos y detalles por centímetro cuadrado que esconde su escueta estampa.
    No verifiqué la escala, pero podría asegurar que las formas y proporciones son perfectas.
    Ojalá hubieran puesto este rigor en los Torinos...

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    1. Pues fíjate, a mí por los ocho euros que me costó incluyendo el fascículo me gustó bastante, fue buena compra.

      Tan solo el color no me gustó mucho, pero hay que reconocer que es acertado.

      A mí me gustó el Torino rojo que tengo, me pareció muy bien hecho. Es que ustedes cuando se ponen "mijitas", como decimos en Andalucía...

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  2. Interesante, en los Inolvidables Argentinos, que se hayan tomado el trabajo de, al menos, adecuar algunos accesorios que eran habituales o reglamentarios localmente (caso de las barandillas de los paragolpes), mejor aún, los modelos inéditos, mientras la colección se mantuvo dentro de los cánones normales (cerca del fascículo 100, y debido a la situación que se empezaba a complicar mas de la cuenta, empezaron a sacar refritos de los locales e incorporar extranjeros de otras colecciones que se importaron en diferentes momentos). Para la gente de Salvat, los números se pusieron muy finitos, digamos.
    Si bien con un ligero delay con respecto al viejo continente, algunos autos pequeños y microcoches, empezaron a pulular por nuestras calles, varios de ellos, provenientes de armadurías con mas promesas que cumplimientos, en cuanto a la integración local (se puede leer sobre la ley de promoción industrial del presidente Arturo Frondizi al respecto), y este pequeñuelo fué uno de ellos (hasta no hace mucho, un vecino tenía uno amarillo), con un derrotero iniciado en varios frentes, si no me equivoco, por Piero Dusio (Cisitalia, Abarth y otros).
    Dado que somos bastante adeptos a ponerles apodos a cosas o modelos, este NSU tuvo el apelativo de galerita, debido a su "similitud" a los sombreros denominados de esa forma.
    En cuanto a la miniatura, como bien menciona el Gaucho, dispone, felizmente, de una interesante dosis de insertos, y está bastante bien proporcionado, color adecuado, etc, o sea, una linda pieza, especialmente, considerando lo acotado de su costo.
    También coincido con el que, justo en modelos emblemáticos como el Torino, la coupé Fiat 1500, etc, (no tomo en cueta el Fiat 600 o el primer 504 por ser malas matrices ya existentes) donde más había que esmerarse, por su tradición, su exclusiva localía, etc, mas le pifiaron en proporciones, líneas u otros detalles, pero son modelos que, igualmente, se buscaron incorporar. Es como si, en colecciones de allá, le erraran bastante en un mofletes, un Renault 7 o una coupé Pegaso, los fierreros ibéricos lo iban a notar de lejos
    Un gran abrazo
    Luis

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    1. Sí Luis, me fijé que (aparte la matrícula) ponen los "mataburros" ésos para defenderse de los toques, cuando se podían poner. Ahora ni se te ocurra poner algo así, si acaso en alguna pickup.

      También aquí somos de poner motes a las cosas, seguro que ustedes lo heredaron de nosotros. Todavía en algunos pueblos se conoce a la gente por los motes. En nuestro caso, teníamos muchos para los coches (y camiones) también pero ya la gente de ahora no hace esas cosas (ni les gustan los coches!).

      Hay ahora mucho material de coleccionable argentino y tirados de precio, por menos de diez euros se consiguen muy buenas miniaturas. Si permaneces atento ya verás unas cuantas más en el blog. Lo que ocurre es que en bastantes casos los modelos nos son ajenos y por ello cuesta trabajo decidir si los moldes son buenos o no, al no conocer los vehículos. Sí te digo que en las colecciones actuales los modelos de aquí están muy bien rematados y los moldes bastante satisfactorios en general, aunque siempre sale alguna cosita si te pones estricto.

      Abrazos y gracias por el comentario!

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  3. Últimamente no tienes termino medio Antonio, pasas de los gigantes del asfaltos a los más peques, jeje.

    Saludos!

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    1. Pues si Xavi, aquí le damos a todos los palos! Que las preferencias del público son amplias... Al menos hasta que en un futuro se corte el grifo.

      Saludos!

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