Vignale 500 Gamine de IXO/Altaya

 

Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.

De la producción en serie lanzada por el desaparecido carrocero italiano Vignale sin duda el modelo más famoso fue el Gamine de 1967, un pequeño automóvil construido con la base del FIAT Nuova 500. El modelo imitaba el estilo de los coches de los años 30 con su falso radiador cromado o las aletas de los guardabarros, pero su precio era bastante elevado y llegó a provocar la quiebra del fabricante.

Producido hasta 1970, la creación del italiano Alfredo Vignale poseía una estructura de tipo "roadster" biplaza con motor trasero y techo rígido opcional. La inspiración para su diseño quizás haya que buscarla en el FIAT 508 Balilla "Coppa D´Oro",  al igual que él compartía la filosofía de coche pequeño pero encantador y de carácter lúdico antes que prestacional.

El propulsor del Gamine (la palabra quiere decir en francés algo así como "chico" referido a "niño") era el bicilíndrico de medio litro a gasolina montado en el FIAT 500 Sport que rendía 21,5 CVs, mediante el cual el Gamine rozaba los 100 Km/h. La caja de cambios era manual de cuatro relaciones, el peso del modelo era de cerca de 500 kilogramos y su longitud no excedía de los tres metros. 

Por lo demás el Gamine incorporaba de serie una capota de lona escamoteable tras los asientos, un pequeño arco cromado trasero de adorno, el volante Ferrero de dos radios y la tapicería de cuero. Las ventas totales del modelo no superaron las 700 (unas 200 de ellas con volante a la derecha) y se solicitaban en los concesionarios oficiales de FIAT; sin embargo el apoyo de la marca turinesa no bastó para impedir que en 1970 Alfredo Vignale tuviese que ceder las instalaciones al argentino DeTomaso.

Quizás es un poco forzado el incluir este modelo en una serie de microcoches (algo que ya ha ocurrido en alguna que otra entrega de la colección), pero en todo caso se agradece por la vistosidad del modelo y su buena manufactura. También es necesario reconocer que a veces es algo difusa la frontera entre lo que es un microcoche y un coche pequeño sin recurrir a los reglamentos, pero al fin y al cabo si no se es muy purista tampoco importa demasiado. Sea como fuere volvemos a tener un modelito bien definido aunque con cierto de exceso de pintura, un interior suficiente, un radiador magnífico y unos cromados aceptables. Lo negativo lo dejamos para el aspecto de algunas luces pintadas, los faros con sus tan denostados pinchitos y la siempre perdonable ausencia de bajos.