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lunes, 28 de mayo de 2018
Citroën T45 "Courant D´Air" de IXO/Hachette
Pertenece a la colección de kiosko de la Ed. Hachette Francia "Autobuses y autocares del mundo"
Para los habitantes de la isla de la Reunión (Francia), el "´ti car courant d´air" ("pequeño autobús corriente de aire") fue parte integrante de su cultura local. Durante muchos años este barato medio de transporte fue indispensable para el desarrollo de las partes más recónditas de la isla y aunque la mayoría desaparecieron hace mucho tiempo aun queda alguno de ellos para pasear a los turistas.
Para empezar a hablar del modelo de hoy es indispensable primero enmarcarlo en su hábitat, la isla de la Reunión. Este pequeño mundo situado en el océano Índico comprende un litoral muy accesible pero en contrapartida un interior muy agreste, lleno de planicies y zonas montañosas combinadas con densos bosques entre los que se fueron desarrollando los cultivos de caña de azúcar y café. En aquellos lugares fueron apareciendo pueblos y ciudades que como es natural necesitaron medios de transporte para unirlos, pero tan solo existía una línea de tren entre algunas ciudades costeras y el puerto.
Con el fin de cubrir las necesidades del interior, en los años 20 del pasado siglo se empezaron a importar chasis carrozados como autobuses desde la metrópolis pero con el inconveniente de estar cerrados y hechos de madera; el resultado era que todos los componentes sufrían mucho con la humedad y el calor de la isla por lo que se degradaban con rapidez. Aparte de que el pasaje sufría bastante al encontrarse encerrado en un vehículo sin aire acondicionado.
Como la necesidad aguza el ingenio, los talleres locales adaptaron esas carrocerías y dejaron poco más que el techo y los asientos, el techo era necesario debido a las fuertes lluvias de las tormentas y los laterales y puertas no serían más que un estorbo para el acceso (si era necesario, al llover se desenrollaban unos toldos de algodón o caucho). En el interior el pasaje se acomodaba en unas simples banquetas sin pasillo central y entraba al vehículo solamente por el lado derecho, siendo el izquierdo rodeado por unas barandillas para que nadie se equivocase al bajar por el lado incorrecto de la carretera.
La elección de la mecánica preferentemente fue la de los conocidos Citroën T23 y T45, siendo este último un camión aparecido en 1934 que llevaba un bloque de seis cilindros alimentado a gasolina. Este vehículo era más largo y más potente que el T23, algo ideal para las condiciones de muchos de los territorios de ultramar franceses aunque también compartió rutas con algunos chasis americanos (GMC y Studebaker). En el caso del francés, la capacidad teórica era de 35 plazas sentadas pero como no había paradas específicas en la isla el chófer paraba a cualquiera que lo solicitase y era normal ver entonces a los pasajeros subidos al techo o aferrados como pudiesen a los guardabarros!
Otra particularidad es que estos autobuses se movían mediante una mezcla de acohol obtenido de la caña de azúcar y gasolina. También debía ser notable el valor que mostraban los conductores (y de paso los pasajeros) al tener que circular por "carreteras" reviradas y llenas de descensos peligrosos que a duras penas podían controlar los frenos del T45; las distancias no eran muy largas pero se contaban unas cuatro horas (por ejemplo) para ir de Saint-Denis a Hell-Bourg, distanciadas tan solo por 55 kilómetros. A pesar de todo ello, entonces es lo que había y la gente (a falta de vehículos propios) tomó cariño a aquellos autobuses y seguramente muchos lloraron al verlos desaparecer a principios de los años 70 con la aparición de las nuevas normas de seguridad. Sin embargo, algunos siguieron prestando servicio escolar y actualmente nos podemos dar una vuelta en uno de ellos, restaurado recientemente. Este modelo se encuentra en el museo Stella Matutina de Saint-Leu y cuenta con dispositivos multimedia, y cuando no circula se expone en el museo bien protegido de las inclemencias meteorológicas.
Aparte del folklorismo que acusa el modelito no muchas más virtudes podría señalar de este venerable Citroën, tan pintoresco y despojado. Quizás sea uno de los modelos más flojos de la colección si hablamos en términos estrictos de modelismo de precisión (!); os confieso que no tenía previsto hacerme con él pero al tenerlo en mis manos me pudo su simpatía y originalidad. Me imagino que con el tiempo cobrará valor, pero aquel que desprecie esa cualidad se encontrará con una miniatura que más parece un juguete barato de tómbola o tienda de chinos, en la que abunda el plástico y un vivo color rojo que llega a saturar las imágenes. Y poco más que añadir, si acaso ese horrible interior (sobre todo por el color escogido) o la mediocre parilla... pero el conjunto me gusta, qué le vamos a hacer.
Le faltò la baranda del otro lado, aunque lo perdono por el escape con silenciador que se ve a travès del estribo.
ResponderEliminarEs una làstima que en este modelo, en que lo mejor es el interior, que estando a la vista, tenìan la oportunidad de hacer algo interesante aunque fuera con un par de pinceladas, y la dejaron pasar sin màs.
Pero si te gusta, no hay nada que agregar, bienvenido a la colecciòn!
Pienso igual, qué mal rematado les quedó el interior. Con solo haber cambiado de color ya hubiese ganado mucho el modelo. La diferencia se ve al mirar la foto del modelo real.
EliminarPues tiene su aquél, y además está muy bien saber un poco de geografía y de historia, que nunca viene mal.
ResponderEliminarDespués de la Chiva, el autobús de Malta o el colectivo argentino , algunos ya presentados en anteriores ocasiones, nada puede sorprendernos para mal.
El Citroën Type 45 que nos presentaste tiene maletas y bastante más chapa que éste, pero tampoco es un prodigio en acabados; por lo que si hubiera que escoger entre ambos, por simpatía y por que entra muy bien por los ojos, sería éste.
Esta colección, en su conjunto, puede considerarse una de las más originales y variopintas, y en calidad de reproducción de sus miniaturas, teniendo en cuenta que son de quiosco, probablemente sea la de más altura. Pero eso no quita que, de vez en cuando, nos salgan con alguna chapucilla.
De toas formas, este bus es como esos osos de peluche, al que los niños toman cariño eterno, aún cuando parezca más un perro que un oso.
La verdad es que sí, se entera uno de muchas cosillas que ignoraba. De todo eso de la isla no tenía ni idea, además es culturilla sobre temas del motor.
EliminarHablando del T45, la entrega siguiente a ésta es el T45 que tengo pero "disfrazado" para participar en Montecarlo (sí, en el rally!). Con sus números y banderitas y todo, pero el resto es más o menos igual.
Que yo sepa, la única vez que he visto un autobús de carreras!
El apodo le viene que ni pintado, aunque si mencionas lo peligroso de las carreteras de la Isla un accidente en este bus sin protecciones laterales te llevaba no al aire sino directamente al cielo. Pero el calor y la humedad deben ser todavia mas terribles en los tropicos.
ResponderEliminarGracias por el anecdotario de este Citroen.
Para colmo (eso no lo mencioné) los conductores se picaban entre ellos para conseguir el título del más rápido en las rutas. De locos...
EliminarSaludos!
El modelo me gusta; su color no me molesta, lo mismo su parrilla.
ResponderEliminarPero ese interior con asientos tan toscos... un color más claro y algo de detalles en los asientos hubieran salvado la miniatura.
No lo hicieron.
Abrazo!
Claramente es "carne" de mejoras, se ve mucho potencial ahí...
EliminarAunque me gusta la miniatura más me gustó lo que representa, puedo ver en ese sentido paralelismos entre los colectivos de ustedes y estos autobuses de la Reunión. Me refiero a lo queridos que eran por el pueblo llano.
Abrazos!
Como bien dices podría ser mas el típico juguete de tienda de Chinos que una de las tantas entregas de la colección.
ResponderEliminarEste es mas bien la curiosidad del modelo que representa una jardinera que otra cosa pero que aún con esas y como bien apuntas dentro de poco pasara igual que con ciertos modelos cobrarán mas de el doble por él.
Enhorabuena por él
Saludos
Yo por que pagué lo que sale en kiosko, si no nada de nada. Justito para 19,95 euros...
EliminarSaludos!
Derrocha simpatía, y se me ocurren por lo menos dos razones por la que este modelo merece ser tenido en cuenta.
ResponderEliminarOrtega y Gasset (he leído algo de los dos...) sugería en uno de los artículos de El Observador que no debíamos buscar la condición de "hombres ejemplares" y permitirnos cierta capacidad de juego . Si bien es necesario que fijemos un universo y cierto criterio de calidad en las reproducciones que integran nuestras colecciones, siempre es bueno conservar cierta flexibilidad sobre nuestras propias reglas.
Otro aspecto a tener en cuenta es que cuando nuestras colecciones son vistas por terceros, bien a través de los blogs, o en forma presencial, hay cierta interacción que puede modificar nuestra apreciación original de algún modelo. Y no creo que haya lego o aficionado que no detenga su mirada sobre este bus "abierto a los vientos".
Un abrazo!
Aquí me "aflojé" un poco, Master... ganó la simpatía y la originalidad a los aspectos técnicos. Pero esto es algo que no va suceder muchas más veces!
EliminarSi pongo mis artefactos en un blog en parte es también para que ustedes me puedan dar otras visiones de los modelos. Pero soy realmente "cabezón" y no suelo bajarme mucho del carro, la verdad, aunque eso no quite que siempre aprenda algo de mis ilustres visitantes/amigos.
Abrazos!