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miércoles, 6 de noviembre de 2019
Chausson APH 47 de IXO/Hachette
Pertenece a la colección de kiosko de la Ed. Hachette Francia "Autobuses y autocares del mundo"
Aunque no estaba concebido para el servicio urbano el APH 47 se convirtió en una figura familiar en las calles parisinas de la postguerra. A pesar de su falta de espacio este vehículo era moderno y contribuyó a la renovación del parque móvil de autobuses urbanos, muy desgastado y envejecido tras los años de la ocupación alemana.
Gran parte del avance de Chausson respecto a sus competidores tras el fin de la Segunda Guerra Mundial se debió a la aparición de la serie AP, concebida durante el desarrollo del conflicto. La dirección de la empresa parisina estudió la creación de un autocar junto a la firma Panhard, quien se retiró del proyecto finalmente. La demanda existía desde luego ya que según el plan Pons Chausson debería entregar más de mil autobuses antes de 1946 y por ello se decidió proseguir en soledad con el proyecto.
Tras el lanzamiento del AP1 con motor Panhard de gasógeno, modelo del que tomarían su línea y arquitectura los siguientes vehículos de Chausson, aparecieron el APE con su potente bloque Hotchkiss seis cilindros a gasolina y su característico "morro de cerdo" junto con la variante diesel APH. De estos modelos más el APE, surgió la serie AP destinada a ser la base del transporte urbano de París entre finales de los años 40 y primeros 50.
Todos estos vehículos y sus derivados (incluyendo los autocares de lujo) terminarían por ser muy difundidos por toda Francia ya que prácticamente no tenían rivales y además la marca procuró crear una potente red de distribución comercial. Además, los AP gozaron de la confianza de la recién nacida RATP (el ente encargado del transporte urbano parisino) sobre todo para la explotación de la red suburbana, un sector que requería autobuses nuevos, rápidos y para trayectos más largos que los que se efectuaban en el centro. Por ello adquirieron 50 unidades del APH 47 inicial y luego los modelos posteriores de faros encastrados hasta 1969. Estos vehículos de 70 plazas tenían un peso total admisible de unas once toneladas y alcanzaban los 75 Km/h gracias a su motor diesel Panhard de cuatro cilindros en linea con casi seis litros de cubicaje. La transmisión se efectuaba mediante una caja semi-automática Cotal de cuatro o cinco velocidades y la suspensión era a base de ballestas delante y con amortiguadores telescópicos detrás, siendo el chasis de estructura en jaula.
Esta serie permaneció activa hasta principios de los años 50 cuando casi todas las ciudades francesas fueron cambiándola por la moderna gama AP 52 de Chausson, estéticamente muy modificada. Pero en el recuerdo de aquellos que condujeron los AP quedaría su excelente manejabilidad y buenas prestaciones.
Después de un largo tiempo presento un nuevo autobús de la recientemente desaparecida colección de Hachette, un APH 47 de primera serie con su característica puerta trasera batiente. El modelo ya se nos hace familiar después de haber visto tantos ejemplares con esa librea color verde y beige, adornada en esta ocasión con publicidad de unas bebidas. También se nos hace conocido ese "morro de cerdo" habitual de los Chausson que aloja el radiador, verdad? Pero en cuanto a la miniatura no encontramos sorpresas ni en lo positivo ni en lo negativo, no siendo en mi opinión un número que destaque en la colección. Seguimos, pues, con la pobre definición del interior, unas ventanas de mala calidad y una aplicación de pintura algo mediocre (parece que hay cierto exceso), pero el molde no está mal y aunque hay pocos detalles externos los que aparecen no están mal realizados. Como el simpático gatito de la trasera, yo me despido ahora hasta el siguiente modelo del Garaje.
No sé qué tienen estos autobuses del año de Maricastaña, pero poseen un encanto irresistible. No sé si es porque Dinky, Corgi y demás marcas prehistóricas los grabaron a fuego en la memoria de nuestra infancia, pero el caso es que a pesar de que nunca he visto uno en persona, siempre me encapricho, y acabo picando.
ResponderEliminarLos interiores son de chiste (aunque en su descargo, pasa con casi todos los ixo), y a veces parecen auténticos juguetes, pero por esos colores y precisamente esa apariencia juguetera, los suelo priorizar antes que otros autobuses ochenteros, más reales y mejor ejecutados.
Nada, otro pa'la saca que caerá... ..y otra vitrina en la que embutir estos mastodontes. Saludos.
Yo admito que son entrañables y eso, pero estoy algo cansado de estas variantes y si lo adquirí fue más que nada por que en su momento no había otra cosa para pillar en el kiosko francés. Eso siéndote sincero...
EliminarA mí me gustan más los ochenteros y posteriores si te digo la verdad. Los veo más familiares para mí. Pero los mejores, los de los 50, 60 y 70. Espero poder poner más de esas décadas.
Saludos!
Antonio, por más que no encuentres sorpresas ni en lo positivo ni en lo negativo, y no sea un número que destaque en la colección, ami me gusta mucho. Es que estos bichos antiguos me parecen hermosos...
ResponderEliminarAbrazo!.
La cosa es que sacaron demasiadas variantes de relleno, pero de esto me he ido dando cuenta después. Al menos parece que a vosotros os gustan, aunque la respuesta no fue masiva me temo.
EliminarAbrazos!