Toyota Prius Hybrid MkI de Fabricante desconocido

La primera generación del Prius (internamente XW10) estuvo a la venta inicialmente solo para Japón en 1997, aunque su éxito propició la comercialización en muchos mercados mundiales hasta el año 2003. Este automóvil subcompacto con motor híbrido gasolina/eléctrico fue un gran éxito al vender 123.000 unidades adelantándose al menos un par de años al resto de las propuestas de otros fabricantes; fue también resultado de la firma por parte de Toyota del documento compromisario "Carta de la Tierra" en 1992.

El camino recorrido por el primer Prius comenzó a principios de los años 90 cuando el vicepresidente de Toyota Yoshihiro Kimbara creó un comité que determinase cómo iban a ser los automóviles del siglo XXI. Ese equipo dictaminó que deberían ser vehículos sostenibles y más eficientes, pero para ir preparando el camino se necesitaba un automóvil de transición. Por ello el equipo G21 creó a mediados de los 90 un prototipo llamado "Prius" (de latín "antes") listo para ser presentado en el Salón de Tokio de 1995 y que debería ser ensamblado en su versión de producción en la planta de Takaoka, Japón.

Tras revisar más de cien diseños el equipo tenía claro que la transmisión del vehículo definitivo sería mediante variador continuo (CVT) y que se debía resolver el problema de longevidad de las baterías, ya que su duración debía estar entre 7 y 10 años. La solución para ello consistió en mantener siempre una reserva de energía de entre un 40 y un 60%, pero se hizo necesario incorporar una gestión avanzada de transferencia de electricidad mediante un núcleo de transistores idénticos a los usados en el tren bala japonés "Shinkansen".

La primera unidad salió a la venta en octubre de 1997 para el mercado doméstico con un objetivo de ventas de 12.000 unidades anuales a un precio de casi 17.000 dólares de entonces. La producción  de cada automóvil costaba el doble de dinero al menos, pero Toyota (siendo demasiado optimista) calculó que para 2005 un tercio de todos los automóviles llevarían su sistema y por ello merecía la pena perseverar por ese camino.

Tras unos resultados satisfactorios, los ejecutivos de la marca japonesa se decidieron comenzar a exportarlo a Estados Unidos en 2001 utilizando una configuración de motor Atkinson de litro y medio con cuatro cilindros acompañado por un motor de imán permanente de corriente alterna y una batería de hidruro metálico y níquel de 274 voltios. La parte térmica entregaba 70 CVs de potencia para el mercado norteamericano y la eléctrica 44, por lo que el rendimiento era mayor que en la versión japonesa. Aunque en Estados Unidos ya se había presentado antes el Insight (otro híbrido de Honda) éste modelo era solo para dos plazas y no tuvo apenas difusión: el Prius podía llevar cinco personas y además contaba con aire acondicionado de serie.

En el interior llamaba la atención una pequeña palanca de cambios montada en el tablero y un monitor táctil que mostraba todo lo referente a la transferencia de la energía y el ahorro de combustible conseguido. Sus características fueron muy del agrado del organismo californiano CARB encargado de la gestión del aire y por ello calificó al Prius como ULEV (en inglés, vehículo con emisiones ultra bajas). Eso se traducía en que el propietario tributaba dos mil dólares menos al año y por ello repercutió favorablemente en las ventas.

También se inició la exportación en el 2000 a Europa y un año después a Australia, pero el primer Prius se reveló como un modelo problemático debido a las diferentes condiciones climáticas de los mercados, varios fallos en el sensor del cigüeñal y un funcionamiento incorrecto en el acelerador. Inconvenientes lógicos de juventud que se irían corrigiendo en la segunda serie del modelo, aún más exitosa.
























El Garaje se pone ecológico! Hoy presento una miniatura de un vehículo de apariencia más bien humilde que significó la entrada en una nueva era, con polémica incluida entre los que defienden que no es más que un producto de márketing y los que opinan que no es normal seguir utilizando motores diseñados en el siglo XIX. En nuestro caso nos ceñiremos al modelito, que se presenta como simplemente correcto y digno sin aspectos especialmente positivos o negativos. El molde y la pintura parecen estar bien (salvo unos defectillos existentes en los paragolpes) y los pocos detalles externos existentes no nos llaman mucho la atención. Quizás algo flojas las luces traseras y el interior, pero lo más relevante es la exclusividad del modelo (si aparece sale bastante caro) y lo que ha representado para la historia y el desarrollo del automóvil moderno.