El camión triciclo Mazda CT de una tonelada fue presentado en septiembre de 1950, originalmente con motor bicilíndrico de 1.15 litros a gasolina. Su versión CTL con techo llegaría un año después con una caja un metro más larga, a la que posteriormente les acompañarían una versión de dos toneladas denominada como CTL-2. Estos vehículos fueron la antesala de los camiones ligeros de cuatro ruedas comenzando por el prototipo CA y a continuación con el modelo Romper.
La serie CT de Mazda respondía a la creciente demanda de los usuarios comerciales japoneses que deseaban un transporte económico pero capaz de transportar cargas cada vez más pesadas. Estos modelos contaban con un diseño de capó (asesorado por el ingeniero Jiro Kosugi) que se alejaba de una disposición tradicional que exponía mucho a los ocupantes, igualmente hubo una preocupación por su seguridad ya que se contó con un parabrisas envolvente de vidrio laminado.
En una época en la que los automóviles nacionales usaban mayoritariamente motores con válvulas laterales, Mazda empleó un propulsor de dos cilindros en V refrigerado por aire con válvulas en cabeza. Este motor, de 32 CVs de potencia y 1,157 cm3, incorporaba también un sistema hidráulico de ajuste de altura de juego de válvulas que conseguía atenuar el ruido de los taqués y llegaba a mejorar las vibraciones gracias al empleo de silentblocks, consiguiéndose mejorar el confort del vehículo.
La versión CTL de 1951 y 4,8 metros de largo contaba también con motor de arranque pero incluía un techo de lona adecuada para todo tipo de climas, además ahora su caja alcanzaba los tres metros de longitud gracias a la falta de limitación en medidas existente entonces en la legislación japonesa. Luego, hacia 1952, apareció la variante CTL-2 de dos toneladas, lo que significó ser el pionero de Japón en esta capacidad y permitió a Mazda ser el líder de su segmento en la industria nipona.
Los CT dejaron una gran huella aunque resulte un tanto irónico que el único ejemplar en perfecto estado que queda solamente pueda verse en el museo Toyota de automóviles en Nagakute (Prefectura de Aichi, Japón). Esta marca fue precisamente la que liquidó el mercado de triciclos de transporte mediante una abundante producción de camiones ligeros, tendencia que actualmente continúa.
Hoy presento una belleza de modelo que quizás tenga más que ver con una motocicleta que con un automóvil convencional, por lo que quizás sería el primer representante de su clase en mi colección (tendría que asegurarme revisando mis microcoches). Nuevamente EBBRO vuelve a sorprenderme esta vez con una miniatura rica en detalles y dotada con una excelente calidad, en la que no falta la reproducción del bicilíndrico, la posibilidad de girar el manillar y la presencia de una caja muy bien realizada. También podemos contemplar la batería, la manivela para el cambio de rueda, un limpiaparabrisas de fotograbado, los asientos y un faro que es simplemente perfecto. Si podéis no os lo perdáis, pues además se puede encontrar aún prácticamente a precio de coleccionable y por desgracia me temo que ya no se volverá a reeditar nunca más.
Estos japoneses si q saben hacer cosas raras, triciclo, casi 5m de largo y hasta 2tn, con un motor chiquito.....y lo mejor del caso, lo hicieron funcionar.
ResponderEliminarEl faro delantero, se roba buena parte de la miniatura, un lujo es poco. Lo demás, una miniatura de excelente calidad, el limpiaparabrisas un detallazo, la barra para q no se caiga el acompañante, muy prolija, impecable se ve la marca escrita en el lateral, el puesto de conducción con motor abajo está muy bien logrado, realmente, una muy buena miniatura, si, además, se consiguió a buen precio, un golazo.
En tren de pedir, habría que ver como le hubiera quedado el techo (sin quedar tosco) y siendo minucioso, podrían haberse esmerado en la horquilla, a la altura del eje delantero, no es que esté mal, pero, entre tanta joya, ese detalle se baja de la , tan, alta vara
Un lujo de pieza
Un abrazo
Luis
yo también me quedé pensando en la fórmula triciclo multiplicada por 4.8 metros, no sé cómo habrá resultado en términos de estabilidad al doblar una esquina cargado, aunque queda claro que con ese motorcito difícilmente pudiera circular a más de 10 km/h
EliminarBueno, el motor tan chico (para la época) no era, un 1.2 con 32 CVs aunque fuese de dos cilindros no debía de ir mal en un chisme que pesaba poquito, aunque cargado fuese otra historia. El motor creo recordar que fue el primero de Japón en llevar válvulas en la culata, por lo que mal no debería ir.
EliminarPor lo que respecta a la miniatura no puedo ponerle pegas, lo de la horquilla ni me di cuenta (por eso y otras cosas me gusta que otras personas también vean las miniaturas) pero yo igualmente no le doy importancia, aunque, como todo, casi siempre hay margen de mejora.
Para mi es imprescindible por lo poco que costó, una joyita que no sabía que EBBRO tenía en catálogo. Creo que también existe con capota, me suena haberla visto.
Abrazos!
Qué belleza! me tuviste con ese farol, bien dices que es perfecto!
ResponderEliminarpero también tiene mil detalles y detallitos!
más allá del limpiaparabrisas, están las partes mecánicas, la horquilla delantera, me encantaron los ganchitos para la capota de la caja, los espejos retrovisores, el caño lateral para no caerse, o la rueda asomando por debajo del paragolpes trasero.
Una belleza!
Respondiendo también a tu comentario de arriba, yo estoy seguro de que este chisme alcanzaba más de 60 Km/h tranquilamente, aún cargado. Me parece demasiado bajo 10 por hora, a eso no va ni un toro elevador de almacén. Estos chismes estaban perfectamente preparados para andar por las carreteras, mira ese faro de buena potencia y los neumáticos, bien gruesos. Y eso que el de mi blog no es el modelo de dos toneladas (ése sería el CTL-2).
EliminarEn fin, lo que más me gusta es que es una miniatura que se salió de lo habitual, y para mi fue un placer investigar el modelo (fue complicada la cosa) y luego presentároslo por aquí!