Nissan Be-1 de NOREV

El Be-1 fue un automóvil tipo "hatchback" de tres puertas y estilo retro fabricado en la planta de Takada Industrial, una empresa especializada colaboradora de Nissan. El modelo (presentado en el Salón de Tokio de 1985) se basaba en el Micra/March de primera generación lanzado en 1982 y solo estuvo vigente durante 1987 y 1988, período en el que se comercializaron diez mil unidades.

El Be-1 fue el pionero de un grupo de automóviles con espíritu retro que combinaba partes visualmente parecidas a las de los europeos Citroën 2CV, FIAT 500, Mini o Renault 4. Ese grupo fue denominado como los "Autos Pike" de Nissan y también estuvo integrado por el Figaro, el Pao y el S-Cargo. El nombre Be-1 se refiere a la propuesta ganadora de entre cuatro (Plan A, Plan B-1, Plan B-2 y Plan C) votados por los empleados de la factoría.

La maniobra del márketing de Nissan consistió en crear unos vehículos urbanos "post-modernos" con aura de exclusividad (tanto que no llevaban por ningún lado el logo del fabricante), solamente disponibles mediante reserva y únicamente accesibles en los concesionarios japoneses Cherry.

El diseño corrió a cargo de Yoshiro Kobata y Naoki Sakai, profesionales que crearon un vehículo que tomaba la plataforma y los elementos mecánicos del primer Micra. Por tanto su motorización era mediante un bloque de cuatro cilindros a gasolina alimentado por un carburador controlado electrónicamente; este motor era de un litro y rendía unos 50 CVs. Unido a él iba una caja de cambio manual de cinco velocidades que opcionalmente podía ser automática de tres, la suspensión era independiente delante y el sistema de frenado era mediante frenos de tambor detrás y de disco en el eje delantero.

En la fabricación del vehículo se emplearon tecnologías muy avanzadas incluyendo los primeros paneles flexibles de resina termoplástica empleados en el mundo de la automoción. Éstos se situaron en el guardabarros delantero y en la parte trasera; la razón de su elección fue que debido a la verticalidad de los paneles estarían expuestos a los impactos de guijarros y crearían puntos de óxido por la falta de pintura. Este material además soportaba muy bien el calor, era maleable (y por tanto capaz de adoptar formas más complejas que la chapa) y barato de producir pero tenía el inconveniente de que la pintura no "agarraba" bien, por lo que hubo que aplicar una imprimación especialmente diseñada.

El color de la carrocería podía ser elegido por el cliente a partir de una paleta compuesta por el "amarillo calabaza", el "blanco cebolla", un "rojo tomate" y "azul hortensia". Su interior era realmente simple y estaba presidido por un gran velocímetro montado en el centro. Posteriormente apareció como opción un techo de lona operado de forma eléctrica a partir de marzo del 87.

La verdad es que el invento resultó ser muy exitoso y los pedidos superaron a la cantidad producida, de tal forma que Nissan se vio obligada a realizar un sorteo para intentar conformar a los solicitantes. El Be-1 fue el pionero de los "Pike" y llamó tanto la atención de las marcas europeas que algunas de ellas se plantearon crear "revivals" de algunos de sus modelos icónicos, naciendo de esta forma en los años 90 algunos de ellos como el Volkswagen New Beetle.

























Otro modelo sorpresa alejado de lo habitual, desconocido e interesante por ser (por lo visto) la inspiración de ciertos automóviles modernos con sabor añejo que ruedan actualmente por las carreteras y calles de medio mundo. La miniatura no es tan avanzada pero resulta agradable por su diseño, su buena cantidad de piezas de plástico insertadas y una digna calidad de pintura aunque con algún fallo de aplicación en los tapacubos. Menos entusiasmo por el interior (muy pobre), el grosor de los limpias y por algunas luces pintadas que no resultan muy creíbles. De todas formas es un modelo raro y exclusivo que merece su puesto en la sección más japonesa del Garaje.