Pertenece a una colección de kiosko titulada "Camiones y Autobuses Españoles" de la ed. Salvat
El relevo de la serie B de camiones ligeros y medios Ebro fue presentada por Motor Ibérica en 1964, si bien los modelos C700 y C800 bien podrían haber formado parte de una gama diferenciada por su capacidad de carga. Estos vehículos seguían contando con el motor Ford del Trader pero cada vez más se iban distanciando del fabricante norteamericano en su faceta inglesa.
Estos nuevos camiones, apodados familiarmente como "Chatos" por el diseño de su morro, venían a traer en 1964 un nuevo aire a la gama B de ligero y medio tonelaje presentada cuatro años antes; la principal diferencia fue la presencia de una nueva cabina de acero estampado con un par de puertas de excelente tamaño y una gran luna delantera. El chasis estaba conformado en base a un par de largueros en forma de "U" con cuatro o seis travesaños de refuerzo según la longitud de la variante, la suspensión se mejoró con el fin de aumentar la robustez, el sistema de frenado era hidráulico con opción de servofreno y se podía escoger entre dos cajas de cambio con o sin sincronización.
Los propulsores siguieron siendo los Ford diesel de cuatro cilindros con 3,6 litros de cubicaje y 70 CVs de potencia, quedándose tan cortos que a carga plena no se sobrepasaban los 65 Km/h. Claramente eran por ello modelos destinados sobre todo al reparto urbano o en corta distancia, con poca complejidad mecánica y gran economía de mantenimiento. Aunque al final de su vida comercial llegó a estar presente una versión tractora y otra con doble cabina, lo habitual fue verlos con una multitud de carrozados diferentes desde la caja isotérmica al furgón pasando por el volquete o el botellero.
La serie C se dejó de fabricar en 1968 aunque algunas unidades seguían en catálogo un año más tarde, sin que pueda saberse a ciencia cierta cuantos ejemplares se vendieron (la estimación es de unas diez mil unidades). En su lugar Motor Ibérica presentó la serie D, ya sin ningún tipo de relación con Ford pues ahora su dependencia mecánica se basaba en el fabricante Massey Ferguson.
Parece que IXO y Salvat echaron el resto en la representación de los modelos de Ebro, algo que se venía echando en falta al menos en España con la saturación que teníamos de modelos Pegaso. Y realmente lo están haciendo muy bien, presentado unas réplicas de gran fidelidad ornadas de detalles con una calidad sobresaliente, digna de fabricantes de renombre. De esta forma podemos admirar el excelente trabajo de pintura (solamente algo mejorables las calcas blancas de la caja), un muy buen molde en la cabina, ruedas "para quitarse el sombrero" y una caja realista hasta en su piso de carga. Un camioncito excelente con un buen precio aunque algo menos vistoso que otros ejemplares de la colección, pero con mucha esencia concentrada.