El Garaje Algabeño

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Dodge Dart Barreiros 270 de IXO/Altaya (c) 2024 Antonio Sivianes Gaviño

domingo, 13 de febrero de 2022

Ebro C700 Portacoches SEAT de IXO/Salvat

 

Pertenece a la colección "Vehículos de Reparto y Servicio" de la editorial Salvat España.

El camión semipesado Ebro C del extinto fabricante español Motor Ibérica pertenecía a una clase de vehículos industriales con cabina avanzada inspirada en el inglés Ford Thames Trader. El modelo convivió durante algún tiempo con su antecesor el B45 de 4.500 kilogramos, aunque ya estaba muy desfasado para finales de los años 60.

La nueva clase C se había inspirado en el Thames inglés (un camión distribuido en España pero que no se llegó a fabricar), capaz de transportar 7 toneladas gracias a sus motores diesel o gasolina de seis cilindros con la posibilidad de adquirirlo en versión tractora. En el caso del "Morro Chato" (como se conocía al clase C) contaba con una cabina de acero estampado y dos amplias puertas con estribos, parabrisas panorámico y un retrovisor montado en la bisagra superior de la puerta del conductor. También era destacable su fácil acceso a la mecánica gracias a su pequeño capó.

Dicha cabina contaba con cerradura de llave combinada con el arranque solo para la puerta del conductor, limpiaparabrisas eléctrico con doble brazo, ventilación interior, techo revestido con material aislante, elevalunas a manivela, asiento del conductor regulable y visera abatible. El cuadro de mandos era algo mejor que el de la serie B y ya no iba situado en posición central, pero seguía siendo igual de austero (como novedad incluyó un medidor del grado de vacío del servofreno). También pasaron a la columna de dirección los mandos que antes iban colocados en el salpicadero, incluyendo el arcaico avisador de luz verde que indicaba la posibilidad de adelantar.

Como curiosidad había que detener el motor tirando de un mando que estaba situado entre la palanca del freno de mano y la del cambio de marchas; este motor era un diesel de Ebro de 3,6 litros de cubicaje con cuatro cilindros en línea y una potencia máxima de 70 CVs, cuatro más que en el B35. Este bloque iba apoyado en "silentblocks" de goma y su culata, de hierro, era desmontable. La alimentación corría a cargo de una bomba inyectora con regulador mecánico y en el caso de hacer mucho frío se debía usar un mecanismo tipo "starter" situado tras la bomba que revertía a su posición automáticamente.

Otros aspectos técnicos incluyeron la caja de cambios con cuatro velocidades (opcionalmente sincronizadas), la dirección de tipo "sin fin", el bastidor de largueros de sección en forma de U con cuatro travesaños, la suspensión a base de ballestas (incluyendo amortiguadores hidráulicos delante) y los frenos hidráulicos, opcionalmente con servofreno de vacío. La batería era a doce voltios con dinamo y las ruedas con varios tamaños, llevando los modelos superiores ruedas gemelas detrás.

De la serie C se  vendieron muchos modelos a base de aumentar la capacidad de carga pero sin incluir un lógico aumento de potencia, si bien reforzaron los bastidores y otros elementos; sin duda el modelo con la mecánica más moderna y el chasis más resistente fue el 700 ya en la clase semi pesada.















La miniatura de hoy es bastante especial por una serie de motivos, entre los que figura la exclusividad (por ser un regalo a los abonados "premium" de la colección) traducida en su excesivo valor de reventa, habitualmente en torno a los 150 euros. Este Ebro figura dentro de la serie "Vehículos de Reparto y Servicio" españoles de Salvat, una colección que acaba de finalizar tras haber debutado en 2019 y de la cual tengo todos los ejemplares que en un futuro iré mostrando. En el caso de este portacoches de SEAT figura como inédito y al salir causó un revuelo entre los aficionados, pero además es una miniatura que brilla con luz propia gracias a la finura de su molde (parece como si toda ella fuese de resina), muchos detalles a base de piezas insertadas y muy buena calidad de pintura aunque en el paragolpes delantero "chorrea" un poquito. Es una pieza que pide a gritos irle colocando todos los SEAT de los años 60 que tengamos y de la cual yo jamás había visto un modelo real; llegué a leer que el camión auténtico fue una especie de "escaparate" para ferias y que SEAT nunca había poseído ninguno. 



























6 comentarios:

  1. Tentado he estado mas de una vez de cogerlo, pero por unas cosas o otras lo he dejado de lado, tengo el de Iberia y de momento con él me conformo, esta atractiva pieza es diga para quién ama los SEAT 8me incluyo en ella), pero las guitarra no esta para conciertos

    Enhorabuena por ella

    Saludos

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    1. Si puedes ni lo dudes, es una pieza excelente, pero sale carísima, de locura. En ese caso nunca merece la pena.

      Saludos!

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  2. Es probable que como dices nunca haya existido como tal, ya que el porte es demasiado pequeño para llevar un semi con 6 coches a cuestas, aunque tres de ellos sean pequeños y equivalgan a uno y medio de los otros.
    Me llama la atención que tenga un solo retrovisor, no sé como haría para maniobrar el colega.
    La miniatura se ve muy linda, entiendo el entusiasmo que les genera porque se trata de un modelo español.
    Se lo ve esmerado, aunque podrían haber disimulado ese tornillo detrás de la cabina, quizá poniéndolo desde abajo de otra manera. Enhorabuena por tenerlo, más aún si es una pieza tan exclusiva.
    Abrazos!

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    1. Nadie ha encontrado una foto con un modelo real andando por la calle, además Pau me mostró la info de la matrícula y pertenecía a un SEAT 850 de finales de los 60...

      El camioncito quizás podía servir para transporte interno en las instalaciones de SEAT, por que a la primera cuesta eso no sube ni queriendo. Con razón está limitado a 60, más sería una utopía.

      En fin, el entusiasmo fue más bien por su exclusividad, si fuera por español nos desbordaríamos del planeta, fíjate los centenares de modelos solo de camiones y autobuses que han salido y salen de un tiempo acá. Vieron mercado!

      Mucha razón con el tornillito, con poner una plaquita y las mangueras asunto arreglado. No se rompieron mucho la cabeza, directamente aprovecharon el molde de la versión carrozada.

      Abrazos!

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  3. Qué belleza, cuántos recuerdos!
    Tenía un amigo que tenía uno similar y yo iba a su casa sólo para jugar con el camioncito (nunca fui lo que se dice, una buena persona),
    ahora veo el tuyo y me tiento, me compraría uno sólo para jugar en la mesa!
    En cuanto al tuyo, se ve muy sobrio, pero al mismo tiempo muy completo, tiene todo, hasta las manijas para trepar al estribo!
    Me encantó!

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    1. De portacoches no ando muy servido, aparte tengo un Pegaso más grande que este Ebro y creo que nada más.

      Estoy de acuerdo contigo, un conjunto de éstos cargado de cochecitos debía ser algo irresistible para cualquier niño!

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