El Garaje Algabeño

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BMW M1 de Minichamps (c) 2025 Antonio Sivianes Gaviño

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Austin 125 Sheerline 4 door Cabriolet Vesters & Neirinck de NOREV

 


El Austin Sheerline fue un gran automóvil de lujo producido en el Reino Unido entre 1947 y 1954. Disponible principalmente con carrocería de tipo limusina, el Sheerline fue la base de algunas ambulancias, vehículos fúnebres y transformaciones que efectuaron algunos carroceros europeos, como los belgas Vesters & Neirinck quienes entregaron una versión cabriolet al rey Leopoldo III.

La serie Sheerline con diseño más vanguardista fue presentada en el Salón de Ginebra de 1947, siendo un automóvil muy exclusivo semejante a los Rolls Royce o Bentley contemporáneos pero a un precio mucho menor. El proyecto había comenzado en plena guerra mundial cuando el presidente de Austin, Sir Leonard Lord, decidió que la marca necesitaba un gran coche de estilo tradicional.

El diseñador argentino-italiano Ricardo Burzi creó un boceto según las indicaciones de Lord, pero tuvo la mala suerte de ser encarcelado en la isla de Man cuando Italia declaró la guerra a los aliados. Lord intercedió por él y pudo liberarlo, por lo que siguió con el diseño del Sheerline y el A40 en un pequeño estudio vigilado por la policía y con la base de un modelo de plastilina y madera a tamaño real.

El Sheerline fue el primer Austin en tener un emblema en el capó con la "A" voladora, creado también por Burzi (según contaba Lord) a partir de la "B" voladora de un Bentley que poseía el presidente de la compañía. Este emblema se convirtió en el logotipo de Austin y estuvo presente en todos sus modelos hasta la década de los años sesenta.

La motorización del Sheerline corrió a cargo de un bloque de cuatro litros y seis cilindros en línea con válvulas en cabeza basado en el famoso motor Serie D. Rendía unos pobres 125 CVs, escasos para mover una masa de dos toneladas, por lo que hubo que idear una relación de transmisión baja con neumáticos de dieciséis pulgadas, de esta forma se pudo conseguir una velocidad máxima de 132 Km/h; por otra parte el motor también sería utilizado en el Austin Princess y los Jensen PW y 541.

Otras características del Sheerline fueron su caja de de cambios sincronizada de cuatro velocidades con el mando situado en la columna, la suspensión delantera independiente con muelles helicoidales o los frenos hidráulicos. La gama Sheerline constó de dos variantes: las berlinas 110 y Princess 120 siendo la carrocería del primero fabricada en Longbridge y la segunda obra de Vanden Plas, los chasis eran los mismos pero la potencia fue diferente según el número de carburadores instalados.

Pero lo más interesante del modelo fue su facilidad para ser convertido en creaciones exclusivas, ya que se podía entregar los chasis con y sin cabina. Trescientas unidades del chasis cabina fueron entregadas para ser convertidas a ambulancias, coches fúnebres o "shooting brakes", pero quizás la unidad más especial se construyó con un chasis despejado que los belgas Vesters & Neirinck de Bruselas realizaron para el rey Leopoldo III, antes del cierre de su negocio en 1949. 

Ese Austin fue el más caro de todos los tiempos pero no el único cabriolet: en 1950 Juliana de Holanda encargó al especialista Pennock de Países Bajos un "coche de parada" para su Casa Real. El trabajo se entregó en 1952, pero el primer descapotable había sido un regalo de Austin en 1947 a su alteza la reina Isabel II y el príncipe Felipe con motivo de su boda. Este coche incorporaba carburadores triples, carrocería de Vanden Plas y hasta un estante trasero para frascos de cristal con perfume. 



















Hoy tenemos pequeña "obra maestra" de NOREV, una marca un tanto desigual en su catálogo por lo que respecta a la calidad, pero que en esta ocasión picó mucho más alto para presentarnos una excelente y bella miniatura de un vehículo que desconocía totalmente: yo tenía a Austin como fabricante de coches más bien económicos. Nuestra réplica presenta un esquema de colores que yo encuentro precioso y con una aplicación sin mácula, un molde excelente, unas ruedas "para nota" y un interior en donde no escatimaron nada. También hay detalles muy finos, como los cromados de la parte delantera, los limpiaparabrisas (cuando quieren, pueden!) y algunas piezas insertadas como las manetas. Una pena que tengamos los molestos pinchitos para los faros, pero algo malo tenía que haber. Finalmente, me ha llamado la atención el tamaño descomunal del coche, tanto que estoy por asegurar que se trata de una escala mayor pues (al situarlo junto con otros coches grandes) no me cuadra que sea solo a 1:43.





















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