Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.
El sustituto del primer "buggy" Bugre apareció en 1972 aportando algunos cambios estéticos menores. Este modelo es la base de los actuales Bugre fabricados por la empresa brasileña "Industria de Carrocerías Bugre Ltda." desde 1970 en Rio de Janeiro, siempre con mecánica Volkswagen y una apariencia muy semejante a la del primer Buggy concebido por el californiano Bruce Meyers.
Bugre es una empresa pionera en Brasil especializada en la fabricación de vehículos recreativos, si bien sus raíces están en la preparación de vehículos deportivos en los años 60. Su fundador, Francisco Cavalcante, se apuntó a la moda importada de Estados Unidos sobre coches ligeros adaptados a correr por las dunas y médanos de las playas, tan abundantes en las costas sudamericanas.
Francisco ya había creado en los años 60 un pequeño coche ligero con estética de jeep en chapa de acero al que llegó a matricular, por lo que ya tenía experiencia a la hora de embocar su nuevo proyecto: un vehículo con carrocería de fibra semejante a los buggys que por aquel entonces se daban a conocer a nivel mundial. Lo llamó Bugre y estaba construido con la plataforma acortada de cualquier Volkswagen siempre que tuviese el motor trasero, como el "Beetle" por ejemplo.
Como alcanzó cierto éxito, Francisco se animó a efectuar una evolución en 1972 llamada Bugre II. Ahora incorporaba unos nuevos guardabarros más redondeados, pliegues moldeados en el capó (en vez del anterior con nervios en forma de V) y un acabado de mayor calidad. Fue este modelo el que definiría las posteriores generaciones del buggy hasta llegar a la actualidad con la séptima serie.
En cuanto al modelo, el Bugre II incorporaba faros de Chevrolet Veraneio, ruedas de llanta ancha que se podían montar gracias a la corta distancia de los palieres del Beetle de finales de los 60, laterales con el nombre de la firma impreso (un detalle que se mantuvo hasta la cuarta generación), marco de parabrisas en aluminio pintado o pulido y un salpicadero muy limpio y espartano con guantera cerrada.
Posteriormente Bugre también se involucró en el diseño y construcción de vehículos deportivos con carrocería en fibra de vidrio y jeeps 4X2 como el FC-15 Safari, pero su actividad principal continúa siendo la construcción de buggys de moderno equipamiento en la planta de Rio Bonito.
Nunca me atrajeron especialmente los buggys y afines (ni siquiera el Mehari), pero creo que en una buena colección de miniaturas de automóviles siempre debe figurar alguno. En mi caso, la incorporación no fue premeditada ya que vino como integrante de la colección de microcoches de Altaya (qué tendrá que ver...) pero una vez vista la pieza reconozco que el modelo está bien hecho, es vistoso y no carece de detalles como por ejemplo los remaches de la capota, los relojitos del salpicadero o el buen trabajo de pintura. Solamente me decepcionaron un poco las luces pintadas, pero no desentonan excesivamente. Por último, hay que decir que esta versión es, en mi opinión, mejor que la primera de IXO que salió para la colección brasileña de sus "inolvidables", demasiado simple.
Nosotros también tuvimos producción local de buggies, aunque creo recordar que la mecánica más usada era Renault (no siempre tuvimos Escarabajos de sobra).
ResponderEliminarAl menos tres fabricantes distintos que se disputaron el nicho con distintos productos, más grandes o más chicos, incluso uno que era más deportivo que recreativo.
No sabría decir si eran legítimamente locales, aunque no creo que fueran carrocerías importadas.
Lo que más me sorprende de este Bugre son los derivabrisas laterales, esos transparentes a los lados del parabrisas, estilo Shelby Cobra, nunca los había visto en otro auto que no fuera el mencionado.
Hablando del Bugre a escala, se ve prolijo y por arriba de los buggies que usualmente se ven en diecast, buenos detalles. Sólo criticaría los paragolpes tan gordos, aunque mirando el real, se ve que estaban bien protegidos, seguramente para resguardar la carrocería de fibra de vidrio.
Y ni siquiera voy a cuestionar que sea listado entre los microcoches de Altaya.
Coincido contigo y con el Gaucho, una interesante miniatura, con pocos puntos débiles, efectivamente, esas pequeñas luces delanteras quedarían mejor insertadas.....por supuesto, si el chino las pega bien, y, al igual que el Gaucho, considero que los paragolpes se ven demasiado protagonistas (no por error de reproducción, sino porque los reales así lo son, especialmente, en un auto que, seguramente quede mejor sin ellos o con unos mas simples) quizás, pintados de negro, como en la foto del 1/1, pasen a un segundo plano, destacando sus buenas formas, lo cual, igualmente, no le quita encanto a una linda miniatura.
ResponderEliminarComo bien menciona el Gaucho, algunas empresas vernáculas realizaron algunos buggys, alguno (la Buggetta IAVA, por ejemplo) tuvo una limitadísima tirada, en ese caso, con motor de Fiat 128 preparado, otros, con mas éxito, estando, la mayoría de ellos, dotados de mecánicas y suspensiones de Renault Dauphine/Gordini, cuya distribución "todo atrás" fué de gran ayuda para sus intenciones recreativas, especialmente playeras. Algunos de los que hubieron, en esta nota https://autohistoria.com.ar/autos-fuera-de-serie-fabricados-en-argentina/buggies-argentinos/ , de todas maneras, tengo recuerdos de unos cuantos mas, creo que Varela (el creador del Andino) hizo alguno, me parece que Crespi (prolífico diseñador/preparador) hizo uno con mecánica R4/6 con formas tomadas del R5, y muchos que, seguramente, desconozca.
Debo reconocer que, si bien no me desvivo por ellos, no está de mas un buggy en la colección, y todavía no tengo ninguno (al Mehari lo anotaría en otra categoría)
Un gran abrazo
Luis