Pertenece a una colección temática francesa sobre camiones Berliet, de la ed. Hachette
Formando parte de un convoy de asistencia de ocho camiones encargados de apoyar a una travesía africana de 64 Citroën 2CV en 1973, el L 64 8/R con tracción total y carga útil de cinco toneladas fue sin duda el "rey" de los camiones que surcaban el Sahara en los años 70, aunque también fue a menudo escogido por algunos organismos estatales franceses.
Concebidos por los ingenieros de Berliet en 1962 a partir de los modelos GBC 8 "Gazelle" y GLC 8 4X4, los modelos L 62 4X2 y L 64 4X4 respondían a las duras necesidades del transporte africano, sobre todo en las rutas forestales que conducían a las explotaciones madereras. Si bien la cabina M2 del modelo GLC se encontró muy adecuada no fue lo mismo en el caso de su motor MDX de cuatro cilindros, demasiado justo para las arenas del Magreb. Por ello fue bienvenido el posterior 5 cilindros M520 acompañado de una caja de cambios de cinco velocidades, generando como resultado el definitivo camión L 64/8.
La firma lionesa también añadió una cabina mejorada con soportes elásticos y banqueta corrida para tres ocupantes así como la dirección asistida, logrando un producto tan bueno y resistente que estaría en catálogo durante veinte años. Sin embargo Berliet no se durmió en los laureles y en 1973 sacó al mercado la versión 64 8/R con caja de seis velocidades y eje trasero con doble desmultiplicación. Su chasis, extremadamente resistente gracias a su acero especial, y su "tropicalización" a base de montar un radiador de mayor capacidad y una instalación eléctrica protegida, hicieron del nuevo modelo un "hit" africano al lograr un 80% de exportación sobre toda la producción.
Estas cualidades hicieron al vehículo como ideal para el apoyo a un centenar de jóvenes aventureros participantes en el Raid Africa 73 organizado por Citroën. La travesía tendría lugar entre Costa de Marfil y Túnez pasando por el desierto del Teneré a partir de octubre, algo tan arriesgado que Paul Berliet exigió un mínimo de ocho camiones para garantizar la seguridad. Éstos iban pintados de colores diferentes siendo el verde "Lutecia" el que iba en cabeza, pero todos ellos iban conducidos por una pareja compuesta por un mecánico de Citroën y un agente conductor autorizado de Berliet.
Los camiones fueron estrictamente de serie, si bien todos montaron neumáticos especiales y tanques de combustible con mayor capacidad. Cinco de ellos llevaban la asistencia de cinco grupos compuestos por 12 coches cada uno, quedando los otros tres independientes. La tarea encomendada fue un éxito, ya que recorrieron unos diez mil kilómetros sin mayores contratiempos hasta la finalización del "raid" en diciembre de 1973.
Hoy presento este magnífico camión de la asistencia del Raid, concretamente el encargado de ayudar al grupo número cuatro tripulado por André Montmitonnet y Fritzinger. En él podemos apreciar muchos detalles para admirar (desde los depósitos aumentados de 400 litros de combustible hasta las planchas de desatasco pasando por su excelente caja entoldada) y un aspecto de miniatura de las "caras", parece mentira que esta reproducción de kiosko costase casi veinte euros. Para mí sin duda es de los mejores de toda la serie y merece mucho la pena, su aspecto "guerrero" le otorga presencia en la vitrina y además me resulta casi imposible ponerle alguna pega. Tampoco dejo de mencionar su magnífica cabina y toda la cantidad de inscripciones que vemos por su carrocería; si podéis haceros con uno a precio razonable ya estáis tardando.
Qué maravilla de Berliet. A cruzar el Teneré y lo que haga falta en Citroen bicilíndrico, que con la ayuda del camioncito-camionazo somos capaces de todo.
ResponderEliminarPero no sólo es que la miniatura y la historia del modelo sean estupendas, como viene siendo habitual. He entrado en Internet, al recordar con tu cita aquellas travesías para bicilíndricos que organizaba la marca, y me he topado con el nombre del organizador: Jacques Wolgensinger. Ahí te dejo el enlace:
https://www.clasicosalvolante.com/jacques-wolgensinger-impulsor-de-la-estrategia-de-comunicacion/
aunque no me extrañaría que ya lo hubieras visto.
Así que el tipo era nada menos que el jefe de comunicación de Citroen, el creador del Pop-Cross y organizador de los famosos Raids para los clientes. Y yo sin saberlo.
Pues bien, ese pedazo de genio alsaciano es el autor del libro “La epopeya del Crucero Amarillo”, que debe llevar conmigo más de 45 años y que conservo en perfecto estado.
https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/la-epopeya-del-crucero-amarillo/autor/jacques-wolgensinger/
Sabía que lo había escrito un periodista y había comprobado, siendo adolescente, que era de lo más recomendable. Pero no tenía ni idea de la trayectoria del autor. Entró en casa con otro libro para el recuerdo: “Victoria en Le Mans” de Bernard Clavel. Mi hermana los compró juntos en El Corte Inglés.
Qué gozada comprobar todo esto y disfrutar recordando y aprendiendo. Luego dices que me entusiasmo. No me queda otra opción, aparte de buscar para la colección el valiente Berliet africano.
Saludos, muchas gracias y felicidades también por el Testa Rossa de Herpa que hoy encabeza el blog. Está a la altura del Berliet.
Bernardo, siguen con los Raids!! Yo veo todas las primaveras cómo bajan los del R4, con sus modelos normales y furgonetas, van para el Sahara y llevan cosas para los niños. Me agrada su labor. Son todos jóvenes y llevan adhesivos de los comercios que los patrocinan, suelo verlos bajando por las Landas o en España y al poco tiempo suben de vuelta, me imagino que van para pasar el Estrecho.
EliminarGran tipo el alsaciano, ése sí que llevaba (o lleva) una vida interesante! Yo creo que los franceses tienen mucho espíritu aventurero y mucha curiosidad por lo de fuera, además y por lo que he visto suelen ser bastante educados y respetuosos. Si ves la tele francesa te la encuentras llena de documentales y emisiones relacionadas con países exóticos, gastronomía, costumbres...
En cuanto a lo que comentas del Crucero Amarillo recuerdo haber hablado algo sobre esas travesías mundiales en mi entrada sobre el Auto-Chenille de Citroën. Una pasada!
Gran saludo para ti y espero seguir atrayendo tu atención en el futuro.
Como resultado de la progresiva pérdida de las colonias por parte de las potencias europeas durante las décadas anteriores, y del final del uso y disfrute del particular jardín exótico que aquellas suponían, se produjo entre los hijos y nietos de las clases "bien" toda esta evocación nostálgica, de otros tiempos aventureros y de conquista. De ahí que en los setenta proliferaran como setas este tipo de raids, más o menos patrocinados por marcas, y a veces incluso, llevados adelante por particulares. Por aquí también sufrimos la fiebre del desierto, o de la jungla, según el caso. No hay más que tirar de hemeroteca.
ResponderEliminarYa no es culpa de la miniatura, pero me sorprende las incoherencias que aún se mantenían (y se mantienen en algunos casos) para este tipo de vehículos. ¿Esos faros incrustados en el paragolpes? En caso de colisión o de quedarse hincado, las probabilidades de quedarte sin ellos son mayores que si hubieran sido colocados en otro lugar. Las ruedas, a pesar de la cuádruple tracción, me parecen todavía muy finas, más aún para terreno arenoso. Lo de estar dos meses de "viaje", no sé si era por aprovechar los permisos, o porque realmente se lo tomaban con mucha calma.... Se nota que entonces no había retransmisiones internacionales ni mucho público al que vender, porque el uso de adhesivos y carteles es anecdótico, aunque se tratara de un vehículo de apoyo y asistencia. Casi mejor, porque permite apreciar las líneas de este camioncete como se merece. Sorprende también que hicieran la travesía al "revés", es decir, desde el punto más alejado, hasta casi el patio de su casa.
Pero si nos centramos en la propia miniatura, sorprende la cantidad de detalles que se ha marcado la editorial con este modelo. Esa pértiga a un costado, para hacer palanca en caso de atasco. Chimenea con su filtro de aire externo, contrapesos para colocar a voluntad del lado en que la rueda no toca suelo, un toldo que parece un toldo... Me gusta mucho este trasto, sobre todo la forma de esa cabina, y la tonalidad de colores elegida.
Qué suerte que puedes elegir de primera mano estos modelos de Berliet… ...ya habrás visto que por aquí se vende alguno que otro, aunque los precios no acompañan, la verdad. Pero éste queda apuntado.
Saludos.
A mí me parece que está muy bien diseñado, por que en África (y mira que allí les meten caña) triunfó como la Coca Cola en el desierto. Todavía siguen dando guerra y son tan sencillos que con cualquier cosas los arreglan, en el África de habla francesa Berliet es un dios.
EliminarLa miniatura es un cromo, colorido para parar un tren y muy buena calidad general. Pero ya pierdo la cuenta de cuantos camiones africanos vimos en la colección de Berliet, da para temática. La cosa es que alguno más me queda, pero no he conseguido unos que salieron muy interesantes y por los que piden demasiado. Ahí se quedan.
Saludos!!
Impresionante el guerrero de la paz, me encanta la visión del eje delantero por debajo del paragolpes. También me impresiona la suspensión tan alta, el espacio vacío que queda por sobre los neumáticos delanteros, parece de verdad!
ResponderEliminarMucho mérito lo lleva la parte gráfica (no sabía que hubiera habido semejante travesía).
Bienvenido!
Uf, los franceses hicieron y siguen haciendo muchas, como comenté arriba suelo ver decenas y decenas de Renault 4 de todo tipo bajando por España para Marruecos y de ahí al Sahara, llevando material escolar. Son chavales y van patrocinados por empresas, a mí me encanta que vayan de esa forma y aprendan sobre las gentes de otros países. Y ayudando.
EliminarMe alegro que te haya gustado este bicho! Dan ganas de pillar uno real y hacerse un viajecito por el Continente Negro...
Que buen camion, se lo ve muy bonito con todas esas inscripciones.
ResponderEliminarSaludos!
Si, muy guerrero!
EliminarSaludos!
Una chulada ese centauro del desierto, en especial con las decoraciones de la lona.
ResponderEliminarMe gustó saber que Tierry Sabine no fue el primero en organizar raids franco-africanos.
Debe ser una gozada conducir estos bichos por pistas off road tan altos y con tanta goma pasan seguro por encima de cualquier obstáculo, ahora bien no quiero ni pensar si se empanzan en la arena que pesadilla!
Un saludo!
Se ve ahora que la consecuencia de todos esos raids humanitarios, empresariales y de turismo a lo largo del siglo XX desembocaron, en parte, en la creación del Rally París-Dakar.
EliminarEn el caso de estos camiones si te quedabas pillado siempre tenías siete más para echarte una manilla, de todas formas con las planchas ésas sacas lo que sea. Eso sí, echas la peonada al sol.
Saludos!