Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.
Tras la aparición en 1957 del FIAT Nuova 500, el preparador italiano Abarth presentó en el mismo año y durante el Salón de Turín una versión potenciada que mantenía prácticamente su mismo aspecto. Posteriormente, en 1963 comercializó el 595 que se mantuvo en el mercado hasta 1971 en dos series: la primera con la carrocería del FIAT 500 D y la segunda (a partir de 1965) con la variante 500 F.
Abarth recibía los coches incompletos para incorporarles algunas piezas especiales, como el salpicadero con instrumentación específica (cuentarrevoluciones, velocímetro, indicador de temperatura del aceite y nivel de gasolina), un volante de tres radios, el carburador Solex con carcasa de aluminio (al igual que el cárter de aceite) y un sistema de admisión y gases de escape especiales. También se instalaron unos topes en el capó trasero para mantenerlo abierto con el fin de mejorar la refrigeración del motor.
En el caso de la versión 595 SS de 1964 el propulsor era un bicilíndrico de 594 cm3 con un rendimiento de 32 CVs, suficientes para alcanzar los 130 Km/h. El modelo llevaba un techo especial más rígido y podía llevar muchos elementos opcionales, como llantas de aleación o el volante Abarth de aluminio y cuero. Igualmente se comercializó el famoso kit "Assetto Corsa" en caja de madera conteniendo las piezas necesarias para transformar el 500 estándar en un 595 o 695.
Por lo demás, el 595 SS incluía una caja de cambios manual de cuatro relaciones, frenos de tambor, dirección por tornillo y suspensiones independientes de brazos tirados con amortiguadores telescópicos. Todos estos modelos de Abarth se podían adquirir en algunos concesionarios FIAT especializados al igual que los kits o las piezas para competir, algo que realizaron brillantemente en sus categorías.
Hoy presento otro modelo desubicado en la clasificación de "microcoches" pero que presuntamente tiene encaje en el universo de Altaya sobre esos pequeños vehículos; sin entrar en políticas debo decir que la miniatura cumple sin más las expectativas y me sirve como complemento a los otros Abarth que tengo por aquí. Aunque el molde de este 595 no sea tan fino como los de Metro y no digamos Minichamps, no me desagrada en ese aspecto y tampoco en otros como en los detalles externos, las ruedas o el interior. Solamente me defraudaron las luces pintadas y un poco los limpiaparabrisas; en todo caso no se justifica pagar 15 euros si uno persigue este Abarth por que por menos dinero aún se pueden encontrar propuestas mejores buscando un poco.