El Garaje Algabeño

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Van Hool VHF 306 Vistadome de IXO/Hachette (c) 2024 Antonio Sivianes Gaviño

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Julien MM5 de IXO/Altaya

 

Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.

El microcoche descapotable Julien MM5 fue presentado en el Salón de París de 1947 como un desarrollo personal del ingeniero francés Maurice A. Julien. Bastante influido por el Citroën Traction Avant, un vehículo en cuyo desarrollo Julien había participado, el MM5 tuvo una presencia efímera y fue sustituido en 1949 por el MM7, mucho menos original ya que tenía la apariencia del Rovin D3.

Maurice Julien era un ingeniero bastante talentoso empleado en Citroën antes de la Segunda Guerra Mundial, pero tuvo que refugiarse en Toulouse al comienzo del conflicto y se dedicó al diseño y construcción de coches de pedales como el Neocar. Este modelo terminó siendo motorizado y dio lugar a un prototipo en 1944 con un aspecto más refinado y sofisticado.

En 1946 Julien presentó en París un par de microcoches denominados como Type VUP, con un eje ancho y movido por un motor de dos cilindros, y MM5, de eje trasero estrecho y motor monocilíndrico. El VUP no llegó a producción, pero Julien decidió enfrentarse a la burocracia del gobierno para poder comercializar sus modelos. Mientras, el MM5 fue sometido a pruebas en ruta, dando como resultado unas mejoras en la frenada y la refrigeración del motor, dotado ahora con una mayor potencia.

Una vez madurado el concepto fue presentado en 1947 bajo la forma de un convertible de armoniosas proporciones y líneas curvas que terminaban en un capó puntiagudo. Pero internamente se basaba en el concepto del Traction, por la sólida estructura del mamparo central curvado hacia arriba y soldado. El capó proporcionaba un fácil acceso al maletero, mientras que el motor, un bloque de un solo cilindro con 325 cm3 y diez caballos de potencia, fue colocado un poco antes del eje trasero. 

El modelo fue puesto a la venta en una cantidad de 200.000 francos, que era casi la misma que había que pagar por el nuevo Rovin D3 de su rival francés. Estuvo complementado por una versión familiar tipo furgoneta con una rudimentaria carrocería de madera de líneas rectas, pero esta variante no pasó de la fase de prototipo debido sobre todo a su apariencia obsoleta y poco trabajada.

Julien consiguió finalmente crear su propia firma en París, a la que bautizó como "Societé des Automobiles MA Julien", con el fin de desarrollar nuevos microcoches como el MM7 aunque se notaba la influencia de los modelos de Rovin como el D4. No obstante la aventura duró poco y la empresa terminó desapareciendo hacia 1950.


















La versión de la miniatura presentada hoy refleja un modelo restaurado que fue propiedad del conocido museo de Bruce Wayne y terminó subastado por RM Sotheby´s en 2013, por unos 54.000 dólares. IXO vuelve a conseguir un bonito modelo con una pintura más o menos bien aplicada, buenos cromados, ruedas excelentes y una capota no tan exquisita. Igualmente me agradó la realización de la parte trasera y la voluntad que pusieron en el interior (hay hasta relojes que deben tener el tamaño de la punta de un alfiler!). Es otra curiosa miniatura de un microcoche bello que no se pelea con lo racional, desde luego se puede afirmar que Julien era un ingeniero muy talentoso.


















2 comentarios:

  1. A mi me agrada, me sorprende la línea lateral con caída hacia abajo, obviamente es una ilusión generada por el filete cromado, un efecto similar al de los Austin Healey, que resulta en que el vehículo parece estar acelerando, aún cuando está detenido.
    Otro aspecto que me fascina, es el estilo yanki que se adivina en la trompa, el conjunto capot-guardabarros parece la versión miniaturizada de un Ford o Chervolet de los cincuenta. Y aplaudo la elegancia de la fusión de esta trompa americana con el resto más europeo.

    El modelo se ve bien, comparto tus dichos, y también le hubiera replanteado la capota, quizás en un color oscuro, se vería más disimulada y más similar al de la foto, no creo que en esos tiempos de malaria se preocuparan por hacer capotas tan glamorosas.

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  2. Muy interesante el perfil del peqieño, esas dos molduras plateadas que se juntan en popa le dan un estilo logrado, mas aún, considerando su tamaño, y ese frente ayanquizado, le completa un combo muy original
    Si bien estoy dependiendo de la poco sana pantalla del celu, se ve una lograda miniatura, como siempre mencionamos, el minúsculo tamaño de la pieza, magnifica el esfuerzo denodado por obtener buenos detalles, coincido contigo que, algún trabajito "aftermarket" puede mejorar la capota, quizás un simple opacado de la pintura, una lijadita para darle textura, incluso un cambio de color como sugiere el Gaucho, pero solo sería terminar de redondear una hermosa miniatura.
    Un gran abrazo.
    Luis

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