Pertenece a la colección española de la Ed. Salvat "Camiones y vehículos de Bomberos".
La gama de camiones Saeta apareció en 1961 con el diseño de cabina del Berliet Panoramic francés. Esta serie ofrecía tres longitudes de chasis con una capacidad de carga comprendida entre los 1.800 Kgs del modelo 15 hasta los 7.525 del modelo 75. Los camiones pesados cambiaron su cabina en 1969, llevando el resto la misma cabina inicial con algunos cambios menores y una nueva nomenclatura.
Los Saeta eran los rivales de los más caros Pegaso Comet y junto con algunos modelos nacionales más (como Ebro, Avia o Nazar) se disputaron el floreciente mercado español de los camiones medio y ligeros en los años sesenta. Así, el Saeta 65 era un camión ligero idóneo para el transporte de pequeño tonelaje. Dotado con el motor Barreiros A90 movido por gasóleo, con seis cilindros y cinco litros de cubicaje rendía 90 CVs y su masa máxima autorizada (MMA) era de 9.650 Kgs., logrando una velocidad máxima de 85 Km/h.
Gracias a esas características, muchos ayuntamientos españoles dedicaron presupuesto a adquirir unidades adaptadas para formar parte de la dotación de los cuarteles de Bomberos de todo el país. Así, se vieron muchos Saetas y Super Azores por Cataluña, Cantabria, el País Vasco, Aragón y hasta en Castilla-La Mancha.
Gracias a esas características, muchos ayuntamientos españoles dedicaron presupuesto a adquirir unidades adaptadas para formar parte de la dotación de los cuarteles de Bomberos de todo el país. Así, se vieron muchos Saetas y Super Azores por Cataluña, Cantabria, el País Vasco, Aragón y hasta en Castilla-La Mancha.
Precisamente en la localidad de Manzanares (provincia de Ciudad Real) su ayuntamiento tuvo a bien adquirir un Saeta 65 en 1966 dotado con una cisterna elíptica de agua para cinco mil litros, escaleras acoplables y cuatro extintores de dióxido de carbono. Una característica singular de este Saeta es que su motor original fue cambiado por un diesel Comet 9020 de 125 CVs, con el que podría haber alcanzado los 90 Km/h de velocidad pero al no contar con cinturones de seguridad fue limitado a 40 Km/h.
Este Saeta manchego también llevaba varias devanaderas para mangueras, luces rotatorias rojas y naranjas y un faro móvil delantero para trabajos nocturnos. Prestó servicio hasta mediados de los 90, siendo entonces almacenado en dependencias municipales y ahí hubiese dormido "el sueño de los justos" quien sabe hasta cuando, pero la Casa Consistorial tuvo en 2010 la idea de restaurarlo y ponerlo en una glorieta para adornarla, a pocos metros de su antiguo hogar (el parque de Bomberos). No tengo constancia de que ahí siga hoy, pero sí de que algún vándalo lo dañó moderadamente en 2013.
Nuevamente Salvat nos obsequia (por que a ese precio es casi un regalo) con una pequeña parte de nuestra historia automovilística hecha miniatura a escala 1:43, formando parte de la estupenda colección de camiones de Bomberos para su edición española (seguro que los franceses también acabarán incorporándolo en la suya). En este caso, la miniatura destaca por tener una cabina bastante fiel y un buen detallado externo, lo que hace que sea muy delicado a la hora de manipularlo. Me alegra mucho que la editorial tuviese a bien rescatar modelos nacionales y darlos a conocer al público coleccionista de cualquier parte del mundo, haciéndolo con respeto y sabiduría.
Este Saeta manchego también llevaba varias devanaderas para mangueras, luces rotatorias rojas y naranjas y un faro móvil delantero para trabajos nocturnos. Prestó servicio hasta mediados de los 90, siendo entonces almacenado en dependencias municipales y ahí hubiese dormido "el sueño de los justos" quien sabe hasta cuando, pero la Casa Consistorial tuvo en 2010 la idea de restaurarlo y ponerlo en una glorieta para adornarla, a pocos metros de su antiguo hogar (el parque de Bomberos). No tengo constancia de que ahí siga hoy, pero sí de que algún vándalo lo dañó moderadamente en 2013.
Nuevamente Salvat nos obsequia (por que a ese precio es casi un regalo) con una pequeña parte de nuestra historia automovilística hecha miniatura a escala 1:43, formando parte de la estupenda colección de camiones de Bomberos para su edición española (seguro que los franceses también acabarán incorporándolo en la suya). En este caso, la miniatura destaca por tener una cabina bastante fiel y un buen detallado externo, lo que hace que sea muy delicado a la hora de manipularlo. Me alegra mucho que la editorial tuviese a bien rescatar modelos nacionales y darlos a conocer al público coleccionista de cualquier parte del mundo, haciéndolo con respeto y sabiduría.