Pertenece a una colección de kiosko titulada "Camiones y Autobuses Españoles" de la ed. Salvat
En 1968 Motor Ibérica lanzó una nueva gama de camiones con la ambición de competir en la mayoría de los segmentos importantes del mercado español. Esta serie, denominada como "D", contó con siete modelos y masas máximas comprendidas entre las 3,5 y 14 toneladas, varias distancias entre ejes y una potencia de entre 71 y 100 CVs para los D600 y D700, con motor Perkins de seis cilindros.
La familia D comprendía los modelos D150, D250, D350, D450, D550, D600 y D700 motorizados por propulsores diesel procedentes de Ebro o Perkins, todos heredados de la serie anterior y muy reputados por su sencillez y fiabilidad. Casi siempre portaron bastidores de dos ejes, pero hubo excepcionalmente algún modelo con tres e incluso tractoras para once toneladas, los D551 y D551P.
Las cajas de cambio disponibles eran manuales y de cuatro velocidades sincronizadas para los modelos iniciales hasta el D550, siendo de cinco relaciones para los D600 y D700 aunque opcionalmente se podían montar en motorizaciones inferiores e incluso con superdirecta y diferencial reductor. Los frenos eran hidráulicos y con servofreno, salvo en el D150, y en algunos casos de tipo neumático.
Estos camiones podían recibir muchos tipos de carrocerías, desde el tipo "container" a toda clase de furgones pasando por el volquete de obras o la cabina especial. Dichos carrozados se colocaron sobre unas estructuras de acero con alta resistencia totalmente planas, y para el caso del botellero incluso se encontraba rebajado con respecto al firme; en este caso el modelo recibía el sufijo BB.
Sin embargo, el cambio más evidente y novedoso fue la adopción de una nueva cabina abatible, muy luminosa y totalmente alejada de las que portaba la serie antecesora, de raíz inglesa. Dentro existía una banqueta apta para tres personas sobre el alojamiento del motor y su aislamiento térmico y acústico era bueno para la época, estaba montada sobre cuatro "silentblocks" e incluía elementos tales como limpiaparabrisas eléctricos, viseras, calefactor opcional, un completo tablero de mandos con indicador de presión del aire para algunas variantes, encendedor, guantera, cenicero y caja de fusibles.
La serie D obtuvo un gran éxito en España e incluso fuera de nuestras fronteras se vendió aceptablemente. No había entonces apenas modelos comparables (ni siquiera los Avia) ya que los de Motor Ibérica se preocuparon de dotar estos camiones con multitud de posibilidades y una cabina moderna y abatible, toda una novedad entonces en el ámbito nacional. De esta forma la gama llegó hasta 1974 con la salida de la serie E sin experimentar apenas cambios importantes.
Hoy os presento otro modelo de camión que recuerdo vagamente de mi niñez y juventud, casi siempre como repartidor botellero o bien para transporte de frutas e incluso como vehículo para los vendedores de mercadillos. Ciertamente les estoy muy agradecido a los de Salvat por haber considerado en la elección de la variante un vehículo de reparto de Coca-Cola, con su vistosa librea blanquirroja y una excelente calidad en la reproducción de los detalles. Esto se percibe por su excelente pintura, el molde de la cabina, las "luces" insertadas, sus matrículas de época y la reproducción de los palés y sus cajas de botellines. Solo me resultaron un poquito pasadas de medida las ruedas por grosor, pero es un modelo tan bonito y familiar que es perdonable, al igual que el uso del salpicadero de su sucesor el serie E.