El Caterham Seven (o "7") es un automóvil deportivo ligero con carrocería de tipo roadster producido desde 1973 por Caterham Cars en Inglaterra. El modelo está basado en el Lotus Seven, lanzado en 1957, pero el Caterham actual se basa en el Lotus Seven Serie III aunque desarrollado hasta tal punto que ninguna pieza es igual a la del original.
La historia del Seven no se puede escribir sin su desarrollador, el ingeniero y fundador de Lotus Colin Chapman. Él puso en práctica su visión de coches deportivos ligeros, potentes y con suspensiones de alto rendimiento, unos parámetros que dieron lugar a una obra maestra, el Lotus Seven. Este vehículo fue presentado en Londres en 1957 y se podía adquirir montado o como "kit"; rápido y ágil, el Seven superó al Lotus 6 como vehículo para pista pero con autorización para circular por carretera.
Pero en 1973 Lotus decidió abandonar su imagen de compañía de automóviles en kits para centrarse en la producción de coches de serie limitada y alta gama. Por ello vendió los derechos de fabricación a sus agentes de venta Caterham Cars de Inglaterra y Steel Bros. Ltd. de Nueva Zelanda; Caterham hizo su propia versión del Lotus Seven III continuándola hasta ahora con los Road Sports y Superlights.
El Lotus Seven original utilizaba un chasis muy ligero con paneles de aluminio reforzado, una base que se ha seguido utilizando hasta hoy aunque con algunas adaptaciones para alojar varios tipos de motores, suspensiones y mejorar la habitabilidad. Esos primeros modelos usaban un eje trasero rígido, pero a mediados de los 80 se introdujo la suspensión DeDion conjuntamente con la opción del eje rígido hasta que dejó de estar disponible en 2002 para la mayoría de versiones. Los de finales de los 90 y principios de este siglo (como el Superlight) sí emplearon suspensiones de doble horquilla ajustable con estabilizadora delantera y eje trasero DeDion con varillaje de Watt y bastidor en "A".
Posteriormente se lanzó el chasis SV en opción con el fin de poder alojar a aquellos compradores que no cabían en el habitáculo del modelo estándar, con las modificaciones adicionales el conjunto aumentó su rigidez torsional en un 25% aumentando el peso en unos 25 kilogramos. Este chasis SV fue la base del modelo Caterham CSR de 2004, con bloque Cosworth Duratec en versiones de 200 y 260 CVs.
En cuanto a la motorización, el Seven equipó una gran cantidad de propulsores de muchos fabricantes mundiales como Ford, Suzuki, Rover, Vauxhall o de la misma Lotus. Con esta panoplia las arquitecturas fueron muy variables (desde tres cilindros en línea hasta un V8 pasando por el habitual cuatro cilindros) y en versiones con turbocompresor o supercargador. Igualmente la cilindrada fue muy amplia, desde la versión con 700 cm3 de Suzuki hasta los 2.4 litros del Roush RST V8.
También son muy abundantes las versiones especiales que han estado disponibles durante la carrera comercial del modelo. En concreto, la versión de la miniatura de hoy corresponde a la Super Seven, de ambiente "retro" y propulsada por un motor Ford Sigma 1.6. Esta variante tiene guardabarros largos y ensanchados, instrumentación de Smiths y una parrilla de malla metálica, su caja de cambios es de tipo manual con cinco relaciones y como opción podía llevar un bonito volante de madera Mota-Lite.
Para finalizar, podemos decir que el Seven ha generado su propia cultura y ha dejado y sigue dejando huella en todos aquellos que buscan un vehículo divertido y desafiante, en el que lo que realmente importa es la habilidad del piloto: muchos aficionados lo han convertido en su automóvil deportivo favorito y algunos medios, como "Top Gear", lo declararon como coche del año en alguna ocasión.
Era imperdonable para mí, como aficionado coleccionista de modelos de vehículos de toda clase, no tener en mis vitrinas algún ejemplar del famoso Caterham Seven. La deuda la he pagado "por la puerta grande" al conseguir un ejemplar de Kyosho a 1:43 (cuando era Kyosho) por un precio ridículo y procedente del mismo país en donde fue fabricado, Japón. Estos modelos se pueden encontrar aún en varios esquemas de colores pero a precios altos pues cada vez escasean más, ya que fueron lanzados hace décadas. Y realmente siguen valiendo la pena: usaron metales pulidos para la carrocería o los bajos, fotograbados y una pintura impecable. También están a la altura los elementos adosados (sobre todo me encantaron las llantas y los cinturones) flojeando un poquito la zona del salpicadero, algo muy perdonable. En fin, toda una "señora" miniatura con el toque Kyosho y alma incluida.