El Garaje Algabeño

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Pegaso 3045D "Cisterna de combustible E.T." de IXO/Salvat (c) 2024 Antonio Sivianes Gaviño

martes, 1 de junio de 2021

Berliet GDME 10 "Mory" de IXO/Hachette

 

Pertenece a una colección temática francesa sobre camiones Berliet, de la ed. Hachette

Con su potente motor diesel Ricardo, su frenado por aire comprimido Westinghouse y su conducción por la izquierda el GDM 10 fue el camión de dos ejes más moderno y potente de toda la gama Berliet anterior a la Segunda Guerra Mundial. Por ello, tres unidades fueron escogidas por parte de la agencia de transportes Mory para probar nuevos combustibles a través del desierto del Sahara.

Los GDME fueron los primeros Berliet en utilizar los nuevos motores diesel MDER licencia Ricardo Comet III, aunque desde 1932 el fabricante lionés había puesto a punto una serie completa de motores a gasóleo con cuatro y seis cilindros para permitir una mayor capacidad de carga (hasta 15 toneladas en el caso de los tres ejes). Pero si se buscaba sobre todo rapidez la elección debía dirigirse entonces hacia la serie GDHM 10 de siete toneladas y cuatro ruedas; este vehículo podía alcanzar los 60 Km/h y sería el primero de una nueva línea que tomó el nombre de GDM en 1934.

Con esa serie se presentaron unas innovaciones consistentes en la posición del volante a la izquierda, un sistema de frenos más potente a base de aire comprimido y la capacidad de carga aumentada hasta las siete toneladas y media; tras el fin de la guerra el GDME tomó el nombre de GDME 10 y 10W hasta que llegó el reemplazo en 1953 con la nueva y conocida serie GLM 10.

El GDME 10 contaba también con muchos perfeccionamientos técnicos puestos a punto por Berliet, como el tablero de mandos con sus elementos reagrupados cerca del volante, la dirección irreversible que no transmitía las irregularidades del terreno al aro y una gran suavidad en el manejo gracias al sistema Map Douglas a base de tuerca y tornillo. Por otro lado, el chasis era tan robusto y sobredimensionado que podía con una sobrecarga de aproximadamente 4,5 toneladas.

Pero la gran novedad fue la presencia en 1937 del motor Ricardo de múltiples turbulencias. Permitía un mejor aprovechamiento del combustible y un mayor rendimiento térmico, traduciéndose esto en ahorro y potencia incrementada. También se incorporaron otros elementos como la suspensión trasera con muelle suplementario para evitar inclinaciones excesivas en sobrecarga o el puente trasero con doble desmultiplicación para aprovechar adecuadamente la potencia del motor a bajo régimen.

Por ello en 1941 la agencia de transportes Mory escogió al GDME 10 para investigar sobre el uso de combustibles vegetales, algo que podría ser fundamental en un ambiente bélico. Desde Argel hasta el África Negra tres camiones partieron siguiendo las órdenes del gobierno militar en la llamada "Misión Transahariana" con el fin de emplear madera y aceites vegetales como combustible (para ello iban equipados con gasógenos); portaron mercancías para intercambio e incorporaron remolques cisterna y para el transporte de troncos de madera.

La misión partió en marzo del 41 con una tripulación de 14 personas repartidas entre los tres camiones y un vehículo Ford, entre ellas iba el escritor Roger Frison que recogería la actividad de la expedición en el libro "Sobre la pista del Imperio". Por el camino debieron abandonar el remolque de la madera por rotura, haciendo inútiles los gasógenos y debieron continuar con sus escasas reservas de gasóleo (recordemos que entonces estos camiones en esas condiciones gastaban 32 litros  a los 100 kilómetros y un par de aceite), de esa forma el combustible se terminó en Mali y debieron continuar con un solo camión, el cisterna número 136. Éste llegó hasta Niamey (Nigeria) con el fin de comprar aceite de cacahuete pero se encontraron con el hecho de que no podía ser destinado a exportación, así que tuvieron que dirigirse a Cotonou (en Benin) para comprar aceite de palma.

A pesar de las reticencias en el uso de ese tipo de aceite en un motor diesel el jefe de expedición llenó la cisterna aunque parte del camino de vuelta lo hicieron en tren, no obstante parece que los resultados en el uso de la palma fueron muy buenos ya que el camión logró hacer los 4.100 kilómetros que quedaban a través del Sahara. Incluso parece que rendía mejor que el gasóleo, según relató Frison. Tan solo tuvieron que tener cuidado con la limpieza de los conductos del combustible ya que el aceite se solidificaba a baja temperatura y con el arranque en frío, debiéndose efectuar con gasóleo.

Hoy en día hay una réplica de 1948 idéntica al camión 315 de Mory exhibida en la Fundación Berliet que sirve de homenaje a la expedición y al GDME, que formaba parte de una excelente serie de grandes camiones vendidos en una cantidad de más de siete mil unidades entre 1932 y 1953.













Creo que ya se echaba de menos otra expedición sahariana de Berliet y por ello hoy presento la miniatura de ese beduino del desierto llamado GDME 10. Debo decir que aunque en general no está mal me parece un poco "descafeinada" al compararla con el modelo real y su caja de madera, ya que en la miniatura han optado por usar el mismo color para todo y esto quita mucho realismo. Tampoco cuidaron el detalle del color de las llantas (verdes??) y aunque en el modelo del museo no se ven gasógenos en la réplica aparecen: quizás estoy metiendo un poco "la gamba" si es que los de Hachette tomaron como referencia fotos del modelo auténtico de la expedición. En todo caso el resto está bien en líneas generales aunque el interior de la cabina me supo a poco. Creo que de todos los "saharianos" éste es el que menos me agradó, sin que esto quiera decir que sea un mal modelo.
















8 comentarios:

  1. Muy interesante la historia de la travesía, sorprende ver cómo se fue minimizando a medida que avanzaban. Quizás hubiera sido juntar esta experiencia en una segunda travesía.
    El camión está muy lindo, me encanta el detalle de los gasógenos explícitos, tras la cabina.

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    1. Suele pasar, que se empieza la expedición de forma entusiasta y demasiado optimista y luego llegan las cosas inesperadas...
      Pero de una forma o de otra lograron su objetivo, que era experimentar sobre todo.

      Aunque al final no sé si en la guerra y en esa época de penurias en Europa se le hizo sitio al aceite de palma.

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  2. Una muy buena pieza este BERLIET Antonio, al tener ya dos versiones de la de Camiones de Antaño, esta la dejo pasar

    Saludos

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    1. Yo por que lo conseguí en kiosko francés, si no creo que no lo hubiese pillado. No me gustó demasiado tanto aspecto a plástico. Bien hiciste.

      Saludos!!

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  3. Me encanta el relato. Experimentación no exenta de aventura, qué mejor laboratorio que probar sobre el terreno. También las historias enriquecen la variedad del blog.
    Berliet. Los hermanos Lumière. Lyon. Me estoy haciendo demasiado mayor y me quedan por ver tantas cosas... Lyon no está tan lejos de Madrid para visitar estos dos museos. Cine y motor en la ciudad de Paul Bocuse.
    No me extraña que el aceite de palma resultara un buen combustible. La primera vez que vi freír los riquísimos “acarajés” bahianos me pareció, por su color y aspecto, aceite de motor.
    Saludos.

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    1. Lo mejor de estas entradas es toda la aventura que uno averigüa al hacerla. Me gustó mucho más el trasfondo antes que el camión en sí...

      También me debo esas dos visitas, si bien la de Berliet es para mí obligada peregrinación.

      Tengo que mirar a ver qué diablos es un "acarajé"; pero yo si una comida no me entra por el ojo...

      Saludos!!

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  4. Errores de cálculo..
    Interesante historia y los Berliet también.
    Un poco monocromático pero muy buena pieza la miniatura, la mayoría de camiones militares y de muchas flotillas son de un solo color. Así que por mi no hay problema..

    Saludos !!

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    1. Es que viendo el modelo real uno se queda algo decepcionado. Pero como dije, no tengo claro si replicaron el modelo que fue a la expedición o el que está restaurado en la Fundación Berliet.

      Yo es que lo de la monocromía... no me acaba de gustar mucho, la verdad. Pero celebro que no sea un incordio para tí!

      Saludos!!

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