Renault Frégate de NOREV

Presentado oficialmente en París el 30 de noviembre de 1950, el Frégate (Fragata) era una berlina tricuerpo de alta gama destinada a competir con el famoso Citroën Traction Avant, que ya llevaba 15 años en el mercado. Del Frégate se llegaron a producir unos 180.000 ejemplares que se produjeron enteramente en Francia.

Dotado con una línea elegante y un vasto interior para seis personas, el Frégate adolecía de una clara submotorización debido a su gran peso (1.230 Kgs), el cual debía ser movido por un motor de dos litros con cuatro cilindros en línea que rendía solamente 60 caballos. Tampoco ayudaba mucho la dureza de su caja de cambios y la dirección pero al menos el equipo de frenos Bendix con mando hidráulico era muy solvente y el vehículo tenía bastante estabilidad.

Los defectos no fueron más o menos subsanados hasta 1955, a cinco años de su desaparición (1960). También existió una versión break familiar ("Domaine") y otra de más lujosa denominada "Grand Pavois", aunque como era habitual en aquella época surgieron muchas versiones fabricadas a medida por los carroceros de la época (cabrios, versiones bicolores, coupés y hasta una versión especial para el Presidente de la República en 1958).

Finalmente, la aparición del famoso DS19 de Citroën dio la puntilla al Frégate tras la fabricación de unos 180.000 ejemplares. Como nota trágica, hay que mencionar que en un Frégate se mató en 1955 el presidente de Renault Pierre Lefaucheux tras patinar su coche en una placa de hielo. Precisamente fue él quien hizo la presentación a la prensa en el Castillo de Chaillot...

















Preciosa la miniatura de Norev, con un molde que pienso que ya llevaba muchos años en el mercado aunque convenientemente actualizado. Es de gran tamaño y peso, aunque lo realmente destacable es la pintura bicolor tan de gusto en la época. Este fue el motivo que me inclinó a conseguir mi Frégate, pues me pareció de mayor interés al ser una versión especial diferente al modelo de serie. Por aquel entonces preparadores externos ofrecían versiones más lujosas al cliente que estuviera dispuesto a traer su modelo y pagar la transformación. Sólo el interior me defraudó un poco, al estimarlo demasiado simple para acompañar la grata presencia exterior que el modelo tiene (y que hereda un poco el regusto de las miniaturas clásicas del fabricante francés).