El Garaje Algabeño

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BMW Z8 de IXO (c) 2025 Antonio Sivianes Gaviño

sábado, 8 de febrero de 2025

Nissan Skyline MkIII 2000GT-R GC10 de EBBRO

 


Dos meses después del lanzamiento del Skyline de tercera serie fue lanzada en Japón la variante GT (tipo GC10) con seis cilindros. Este sedán deportivo de cuatro puertas equipaba un bloque Nissan L20 de dos litros al que posteriormente se añadió una versión más potente llamada GT-R con motor S20 y 24 válvulas de la que tan solo se produjeron 1.945 unidades.

La serie C10 de Nissan apareció en 1968 bajo la dirección de la desaparecida firma Prince tras su desarrollo en el centro de investigación de Ogikubo (Tokio). Sin embargo, fue comercializada por una serie de concesionarios denominada como Nissan Prince Store y siguió manteniendo su propio equipo de márketing separado en su sede de Mita.

El primer C10 Skyline se ofreció con un motor de cuatro cilindros en línea y litro y medio de cubicaje procedente de Prince Motors, acompañado por otra versión de 1.8 litros. El diseño de Shinichiro Sakurai mostraba unas líneas rectas y agresivas con ciertas influencias de modelos italianos de su época, según algunos particularmente con el FIAT 2300 de 1961 obra de Pininfarina.

En esta generación aparecieron carrocerías tipo sedán de cuatro puertas, familiar "Skyway" de seis y coupé de dos, todos con motor delantero longitudinal y tracción a las ruedas traseras. El chasis y las suspensiones se compartían con las del modelo Laurel, considerado como más grande y lujoso, por lo que se contaba con suspensión trasera independiente y puntales McPherson delante.

El posicionamiento de la serie fue determinado por Nissan para ser colocado sobre el Bluebird, mostrándolo como una opción más deportiva. Esto sería evidente al comprobar la cantidad de derivados cada vez más potentes, como el 2000GT (1968, 105 CVs), 2000 GT-X (1971, 128 CVs) y sobre todo el primer GT-R, denominado como KPGC10 y con una potencia disponible de 160 CVs gracias a sus tres carburadores Mikuni de doble cuerpo.

Este primer GT-R apareció en octubre de 1968 en el Salón de Tokio y estuvo disponible originalmente como un sedán de cuatro puertas, promocionándose junto con el deportivo Prince R380. Estaba equipado con un motor S20 DOHC de dos litros y 160 CVs de potencia gobernados por una caja de cambios manual de cinco relaciones, acompañado de un diferencial de deslizamiento limitado y frenos de disco en el eje delantero. Posteriormente, hacia marzo de 1971, apareció también en versión coupé.

Estos modelos se presentaban con un interior más básico pero equipaban asientos de vinilo, un volante de tres radios y pomo con elementos de madera y pedales terminados en aluminio. El salpicadero y el túnel central de la transmisión también estaban recubiertos de madera, en el cuadro de mandos aparecía un velocímetro graduado hasta los 240 Km/h y unos relojes indicadores de presión de aceite, temperatura de refrigerante, amperímetro y nivel de combustible. Como opciones, se podía pedir un reloj, equipo de radio y aire acondicionado.

Las prestaciones de este modelo no serían nada espectaculares actualmente, pero gracias a su contenido peso de 1.1 toneladas y a pesar de su mala aerodinámica alcanzaba los 200 Km/h de velocidad punta, con una aceleración de 0 a 100 en 8,3 segundos. Estas cifras, junto con una estabilidad impresionante, lograron hacer que la popularidad del "Hakosuka" no disminuyese ni aún cuando fue presentada en 1972 la siguiente serie "Kenmeri", cimentando la base del mito Skyline.

















Por fin logré conseguir al padre de los GT-R firmado por EBBRO, un modelo antes complicado de conseguir a precios "terrenales"; ello fue posible debido a la liquidación de stocks a causa de la triste desaparición de la marca japonesa. Pasando a la revisión de la miniatura, no tuve ninguna sorpresa ya que la conocía bien (de tanto admirarla en fotos) y confirmó lo que yo suponía que debía tener: un molde excelente, buenos detalles externos (atención a las manillas de las puertas, que se sueltan muy fácilmente) y un interior destacable aunque los relojes sean ciegos. Este modelo es un ejemplo de precisión por cualquier parte que se mire y creo que es una de las obras maestras de EBBRO, una afirmación que tiene mucho mérito cuando tenemos en cuenta la larga serie de miniaturas con tanta calidad que la marca ofreció a lo largo de su historia.
















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