Messerschmitt KR 175 de IXO/Altaya

 

Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.

El "scooter con cabina" KR 175 fue producido a partir de 1953 en la factoría Messerschmitt de Ratisbona (Alemania Occidental entonces). El modelo fue sustituido en 1955 por el KR 200, algo más potente y evolucionado; hasta ese momento se habían vendido unas 10.000 unidades con una producción diaria aproximada de ochenta ejemplares.

El antecesor directo del KR fue el Fend Flitzer y de hecho los primeros ejemplares, construidos en Rosenheim, se llamaron de forma homónima. Sin embargo Fend, su constructor, no tenía la capacidad suficiente como para emprender una tirada masiva y por ello se dirigió al constructor aeronáutico Messerschmitt. Éste no mantenía actividad ya que tenía prohibido fabricar aviones, por lo que Willy (el propietario) encontró interesante la idea pero con la condición de que el modelo fuese biplaza.

Así, a mediados de 1952 existía un prototipo llamado FK 150 con un motor Fichtel & Sachs de 150 cm3 que daría lugar un año más tarde al modelo KR 175, presentado en el Salón de Ginebra. El modelo definitivo tenía tres ruedas y dos asientos uno a continuación del otro, por lo que se pudo diseñar una carrocería estrecha y aerodinámica. Las ruedas delanteras eran directrices y el motor estaba instalado atrás para accionar por cadena la rueda trasera. Poseía una capota en plexiglás abatible a un costado y en la cabina no había volante, en su lugar iba un manillar de moto con acelerador incorporado.

En cuanto a su propulsor, el KR 175 incorporaba el Fichtel & Sachs monocilíndrico de 173 cm3 impulsado a gasolina con mezcla. La potencia era de 9 CVs y, gracias en parte a su contenido peso de 220 kilogramos, era suficiente para impulsar al KR hasta los 80 Km/h. El accionamiento del embrague se hacía en el mismo mando de la caja de cambios pero en modelos posteriores existió la configuración típica de un automóvil, con pedales de acelerador, freno y embrague.

A mediados de 1956 Messerschmitt tuvo que dejar la producción de los KR debido a la continuación de las actividades aeronáuticas, aunque él mismo declaró que la fábrica de Ratisbona se había pensado únicamente para construir automóviles. La fabricación pasó a manos de otra empresa de la misma localidad llamada FMR ("Maschinenbau Regensburg GmbH"), esta firma siguió evolucionando el concepto y llegó a crear un modelo de cuatro ruedas (FMR Tg500).

Éste es uno de esos modelos en los que pienso si quisiese explicarle a alguien el concepto de microcoche europeo, un extraño aparato pero ingeniosamente diseñado del que no tuvimos apenas noticias en España. Altaya, con buen criterio, no podía dejarlo de lado y por ello lanzó hace poco esta versión del primer KR con un buen molde y algunos detalles dignos de mención, como la falta de "pinchitos" en los faros y un interior de cabina bastante aceptable. Quizás se aprecie algo de exceso de pintura pero en mano no se nota nada, tampoco afecta apenas el hecho de que las luces sean pintadas. Solamente lo hubiese preferido en algún color más vistoso pero puede que veamos sus sucesores en otras tonalidades más llamativas; son demasiado importantes como para no verlas en la colección.

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