IKA-Renault Torino S de PCT/Salvat

 

Pertenece a la colección "Autos Inolvidables Argentinos" de la editorial Salvat Argentina.

Producido primero por las Industrias Kaiser Argentina (IKA) y luego por Renault, la gama Torino de sedanes y coupés de dos y cuatro puertas se produjo en Córdoba (Argentina) entre 1966 y 1981. Su diseño se basó en el Rambler American/Classic de 1964 pero con el toque de Pininfarina; se considera que el modelo es un hito de la industria del automóvil argentino y logró un reconocimiento nacional que perdura actualmente.

La factoría IKA ensamblaba diversos modelos de automóviles norteamericanos y europeos desde 1956 pero para 1962 sus directivos decidieron desarrollar un producto más nacional que combinase la fiabilidad estadounidense con el diseño europeo. Para ello aprovecharon la base de algunos modelos de la firma AMC combinada con elementos originales y hasta algunas piezas del modelo "Bergantín" (la versión argentina del Alfa Romeo 1900). Se hizo énfasis en la robustez ya que el Torino debía enfrentarse a las malas condiciones de las rutas argentinas y por ello se empleó un chasis más rígido, pero no se dejaron ni mucho menos de lado las prestaciones y por ello se empleó un motor rediseñado de 3,7 litros con seis cilindros en línea movido a gasolina. Este bloque se llamó "Tornado" y evolucionó bastante en los diez años en que fue producido, rindiendo entre 122 y 215 CVs aproximadamente.

La presentación de la gama Torino tuvo lugar en noviembre de 1966 teniendo como escenario el Autódromo Municipal de Buenos Aires remarcando mucho que era un "auto argentino", pues la empresa IKA no deseaba mostrar sus orígenes. En aquellos momentos se presentaron tres variantes: un sedán con el motor de tres litros con caja de cambios de cuatro marchas accionada desde la columna de dirección, un coupé con motor de 3,7 litros con carburador Holley y caja de cambios ZF y por último la versión más prestacional llamada 380W con el mismo motor aunque potenciado mediante tres carburadores Weber.

El impacto del modelo en Argentina fue muy grande a pesar de que se trataba de un automóvil de segmento alto y por ello costoso para el poder adquisitivo del ciudadano medio, pero el comprador pudiente y más conservador se solía inclinar por el Falcon de Ford. El modelo fue base de muchas preparaciones (como la de Lutteral o el Tiwle de Winograd) y llegó a venderse con carrocerías especiales incluyendo un convertible, pero como contrapartida sufrió los vaivenes del mercado al ser IKA absorbida por la francesa Renault en los años 70.

Tras venderse casi cien mil unidades, para principios de los años 80 el modelo se veía como antieconómico (gastaba doce litros de combustible circulando a 80 Km/h) y la competencia lo había dejado un tanto obsoleto, pero había calado hondo en el corazón de Argentina y además logró una buena carrera deportiva nacional. A pesar de ello, el Torino es muy poco conocido fuera de las fronteras del país austral (salvo algunas unidades exportadas a países periféricos) y para nosotros los europeos resulta extraño ver un automóvil de aspecto híbrido entre norteamericano e italiano con la insignia de Renault delante una vez que el toro desapareció de la parrilla. Si se quiere, resulta ser tan criollo como el mismo país donde se desarrolló.

Bien, convenientemente asesorado por algunos de mis lectores y amigos argentinos hoy tengo el gusto de presentar el modelo más propio (y no un "refrito") de la industria argentina del motor: un precioso Torino rojo guinda en versión sedán con acabado S. Del Torino era de esperar que apareciesen varias réplicas en la colección argentina de Salvat aunque, según tengo entendido, el modelo ha sido bastante maltratado a la hora de reproducirlo. Yo, como comprador y no muy conocedor del modelo real, no acierto a ver del todo donde están los fallos pero de las cuatro variantes que conozco (el coupé gris plata, el ZX de color anaranjado, el patrullero sedán y éste de hoy) escogí el sedán rojo por su molde, la calidad de la pintura y los detalles externos. Forma parte de una colección que está madurando muy bien con el tiempo y que ofrece modelos muy interesantes (por ser comunes) para el comprador europeo, que no tenía otra forma de hacerse con ciertas réplicas que o bien no han aparecido apenas o cuando lo hacen es a precios muy caros. El caso del Torino es especial para nosotros los de este lado del charco, pero eso lo hizo más querible por mí y además la miniatura cuenta con un diseño precioso que luce realmente bien en la vitrina: puedo aconsejarlo para cualquier aficionado a las buenas miniaturas si tan solo obviamos un poquito el interior.