Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.
Charles Mochet, un ingeniero francés, creó bajo la firma "Vélocar" unos cuadriciclos a pedales tras la Primera Guerra Mundial que se vendieron muy bien sobre todo a personas discapacitadas y mutilados de guerra. No obstante, Mochet adaptó motorcitos monocilíndricos para algunos de sus modelos, como el "Camionette", fabricado ente 1926 y 1938.
Tras la Primera Guerra Mundial Charles Mochet creó un cuadriciclo muy estable con el fin de proporcionar seguridad en sus paseos a su hijo Georges, amante del ciclismo, En 1924 el ingeniero evolucionó el concepto al hacerlo biplaza: había nacido el Vélocar (de "vélo", bicicleta en francés, y "car", coche). Los pasajeros podían pedalear o incluso uno de ellos podía bajarse por una puerta para empujar en las cuestas, el modelo fue bien recibido y se fabricó en versiones de tres y cuatro ruedas.
Hay que tener en cuenta que entonces mucha gente no podía permitirse en Francia un transporte motorizado y además existían bastantes ex-combatientes que habían quedado ciegos, por lo que podían pedalear mientras que otra persona (generalmente un familiar) conducía. No obstante también se utilizaron en zonas turísticas como coches de paseo; en Marsella (por ejemplo) durante varias décadas se pudieron alquilar.
El diseño de los modelos también evolucionó desde la inspiración náutica de mediados de los años 20 hasta unas formas laterales planas con morros en caída suave. La trasera solía tener forma de lágrima creciendo verticalmente en los modelos Camionette o Familiale, teniendo suelo completo en el caso de las variantes Confort. Estos cochecitos tenían estructuras de tubos de acero, contaban con suspensión por muelles en el eje delantero y podían ser guiados mediante manillar o volante.
Se sabe que algunos modelos fueron motorizados por talleres ajenos, como seguramente ocurrió en el caso del Vélocar Camionette. Esta versión llevaba un motorcito Stanley con un solo cilindro y 80 cm3 que rendía un par de caballos, suficientes para alcanzar (gracias a un peso de cien kilogramos) los 25 Km/h. Se arrancaba mediante un golpe de pedal y el encendido era mediante magneto y sistema de 6 voltios, la dirección era directa y los frenos eran mediante cables, como los de las bicicletas.
Además de los Vélocar Mochet también fabricó microcoches de cuatro ruedas como el Cyclecar C.M. o el P´titauto (de "petit", pequeño) de 1930, con una producción de diez unidades. Mochet murió en 1934 pero su hijo Georges continuó el negocio fabricando los Vélocar hasta finales de los años 40, sin embargo para entonces todos ellos eran motorizados ya que habían perdido su sistema de pedales.
Actualmente el concepto se denomina como "Velomóvil" y ha evolucionado tanto que, con asistencia eléctrica, se considera que es 80 veces más eficiente que un vehículo únicamente eléctrico. Sin embargo, la legislación sobre estos vehículos es tan absurda que es más factible construir un automóvil de dos toneladas de peso y 270 Km/h antes que un cochecito de 33 kilogramos con velocidad máxima de 50 Km/h y con un aprovechamiento energético ochenta veces superior.
Máximo respeto a la idea del señor Mochet, un inventor cuya descendencia siguió desarrollando microcoches y del que ya dimos cuenta por aquí no hace demasiado. Hoy presento una curiosísima miniatura de una especie de carrito motorizado replicado con mucha delicadeza por IXO, en el que no faltan la filigrana de sus ruedas de radios, parte del motorcito y un interior bastante detallado dentro de lo que cabe en el que vemos los pedales, el volante y una pequeña chapita identificativa. Por fuera tenemos algunos detalles bastante dignos como las matrículas, un retrovisor y algunas luces. Es un modelo de los más curiosos de la colección, además forma parte de la prehistoria de los microcoches y solo por eso merecería un sitio en nuestras vitrinas.
Ejemplar en el desaparecido museo Bruce Weiner
Muy interesante!
ResponderEliminarHabía leído de los coches a pedal, pero nunca imaginé que estaban destinados a los heridos de guerra.
En cuanto al modelo, aprecio el esfuerzo del fabricante para generar un modelo (layout, matriz, armado) totalmente alejado del clásico esquema de carrocería+transparentes+interior+base .
Me encanta por su aparente sencillez, esa trasera tan esmerada como detallada, el torpedo (si así se le puede llamar), pero por sobre todo, las ruedas!
Me gustaría haber visto las ruedas del chino matricero cuando le dijeron "este es el próximo modelo, tratá de usar componentes que ya hayan sido desarrollados para otros modelos", obviamente lo de los componentes ya desarrollados es una chanza!
Una belleza, me encantó!
Cuesta trabajo imaginar coches a pedales para el movimiento de la población general, pero lo cierto es que en Francia se llegaron a utilizar sobre todo en el campo y hasta la Segunda Guerra Mundial.
EliminarLa miniatura es totalmente diferente a lo habitual, pero no es la primera vez ni mucho menos que vemos ese tipo de filigranas en IXO. Solo hay que ver los Renault de la primera década del siglo XX. El chino ya no debe espantarse de nada...
Me alegro que te haya gustado este carrito motopropulsado!
Comparto los comentarios del Gaucho en cuanto a osadía de las formas, la sencillez extrema y mi ignorancia sobre el uso (hacia lisiados de guerra) al cual apuntaba, realmente, el minimalismo en su máxima expresión, que, por otro lado, evidentemente, rindió sus frutos, si consideramos el tiempo de producción.
ResponderEliminarDecir que la miniatura es curiosa, sería poco, al igual que otros integrantes de esta maravillosa colección, salen a la luz verdaderos desconocidos (al menos, muchos de ellos lo son para mi)que sorprenden, gratamente, a cualquier coleccionista (y, creo, a mas de uno que no lo es).
Formas y proporciones, son adecuadas, hablar de nivel de detalle sería solo mencionar que transcribe la absoluta austeridad de los mismos del real, y, por lo que veo de las fotos, solo sería criticable que pareciera tener algo basta la pintura (al menos en la franquicia de la puerta) y un verde bastante lejano al de la foto , no por feo, sino por incorrecto (siendo que tomaron esa unidad y matrícula, debería haber tirado mas al oliva). Por el resto, interior cromático y con indicadores detallados, insertos adecuados, etc
Te mando un gran abrazo
Luis
Fíjate lo complicado que a estas alturas de la película resulta sorprender a los aficionados, solo mostrábamos los habituales turismos, Ferraris y camioncitos bastante repetidos.
EliminarPero entonces llega esta colección y lo pone todo patas arriba, créeme si te digo que las entradas sobre estos artefactos son las que más disfruto de hacer y mostrar.
Aparte que no hay que confundirse, estos cochecitos no son caricaturas, son fruto del ingenio humano y de sacar donde no hay, yo les tengo mucho respeto.
En cuanto a la miniatura te diré que el color realmente es más oscurito, lo que ocurre es que el día de la foto hacía como 40 grados y un solazo. Eso falseó el tono. El grosor de la pintura es por su tamaño, te aseguro que en mano no se nota nada y el peso es de algunos gramos, es una pluma. Si hubiese menos grosor habría que tomarlo con una pinza y apretando muy poco además. Con las ruedas sucede lo mismo, más finos los radios y se autodestruyen!
Abrazos!
Coincido plenamente, hay momentos en que ese ingenio brota brillantemente ante determinadas necesidades, y es la diferencia entre diseño y estilo, a mi modo de ver, el Citroën 2cv es uno de los mejores exponentes de dicha aseveración (me encanta y me resulta simpático, pero, no por nada se lo ha llamado el patito feo). Todos estos microcoches, cada uno con su particularidad, fué la respuesta, en diferentes escalas productivas, ante cierta necesidad de movilidad, pero sin recursos
EliminarTe mando un abrazo
Particularmente creo que los franceses son grandes ingenieros por tener la imaginación latina unida al rigor germánico, son una mezcla excelente que nos ha dado soluciones muy ingeniosas. Igualmente pasa con los italianos del norte.
EliminarAbrazos!