Lancia Flavia II de NOREV

La serie de modelos Flavia de Lancia estuvo vigente entre 1960 y 1970 bajo la forma de una berlina, un coupé (que tuvo diversas interpretaciones bajo los lápices de Vignale, Pininfarina o Zagato) y un cabriolet.

El proyecto de la berlina fue obra de Antonio Fessia y su diseño corrió a cargo de Piero Castagnero, presentándose en noviembre de 1960 en el Salón de Turín. Fue un vehículo innovador en la industria italiana y dividió desde el principio a la opinión especializada por su línea un tanto apartada de lo habitual en la casa Lancia. En efecto, el modelo se veía muy macizo e imponente pero lo mejor iba por dentro: incluyó por vez primera frenos de disco a las cuatro ruedas en una berlina italiana y Lancia estrenó con el modelo su primer motor "Boxer" (recordemos que estos motores tienen forma de caja por sus cilindros opuestos). También fue el primer coche italiano en salir de fábrica con inyección mecánica de gasolina Kugelfischer, en 1965.

El éxito llegó inmediatamente para el Flavia y la nueva fábrica de Chivasso casi no daba abasto. Además, la berlina era solo el principio: en Lancia parecían tirar "los trastos por la ventana" y esto solo era el principio de una revolución, ya que fueron apareciendo los coupés y convertibles dotados de nuevas motorizaciones y soluciones técnicas.

La berlina conoció un restyling importante en 1967, cerca ya del fin de su carrera comercial. Esta segunda serie (a la que pertenece la miniatura) adoptó un "look" más cercano a la de su hermano menor el Fulvia. No obstante, cuando FIAT entró en escena tras la compra de Lancia, efectuó otro restyling queriendo darle una mayor categoría al modelo y lo denominó "2000" simplemente, borrándole el apellido Flavia. Este debe considerarse como otro vehículo aparte y fue el "buque almirante" de Lancia hasta la llegada de los Gamma a mediados de los 70.

El Flavia fue siempre un vehículo controvertido por su línea, pero su calidad indiscutible, su comportamiento excelente en cualquier clase de entorno, su fiabilidad y sobre todo su confort de marcha hicieron que vendiese (a pesar de su elevado precio) unas 50.000 unidades.
























Por su parte, la miniatura cumple perfectamente con su objetivo: un Flavia correctamente detallado con un precio contenido y, aunque no entusiasme, bastante digno para nuestras vitrinas. Sospecho que el molde debe ser un tanto antiguo pero puesto al día, los indicios los considero por la simpleza de la base y el interior. Mi modelo vino con una caja adaptada y no puedo identificar su procedencia, pero quizás sea de la colección italiana de Lancia en blister que apareció hace algunos años. Por lo demás, cuenta con un buen molde y bien pintado (quizás con un poco de exceso de pintura), destacando la parte trasera (excelentemente bien realizada y con economía de medios) y como nota negativa quizás la simpleza de los tapacubos.