Mini Cooper MkVII Black & White Edition de SCHUCO

La séptima y última serie del Mini llevó en su versión más potente (la Cooper) un motor de 1.275 cm3 con cuatro cilindros en linea y un sistema de inyección multipunto. Supuso el fin de la producción tras 41 años y estuvo en catálogo entre 1996 y el 2000, desapareciendo para dejar paso a un modelo totalmente diferente que intenta mantener parte de su estética.

Ensamblado en la factoría de Longbridge (Reino Unido), el Mini llegó a contar con su propia marca desde 1988 aunque en algunos documentos haya figurado como Rover. Siempre fiel a su carrocería sedán de dos puertas y a sus cuatro plazas, las versiones Cooper siempre fueron las más "picantes" y exclusivas dentro del mundo Mini, siendo innumerables las series exclusivas (más de 30) creadas siempre con la motorización 1.3.

El apellido Cooper era el del amigo del diseñador del Mini, Issigonis. John Cooper era un constructor de coches para la F1 que vio el potencial de la pequeña criatura para la competición, en contra de la opinión de Issigonis. No obstante los dos trabajaron juntos y la primera versión Cooper debutó en septiembre de 1961. Básicamente el modelo recibió mejoras en el motor que aumentaron su cilindrada, se sustituyó la caja de cambios y se incorporaron frenos de disco delanteros, algo inusual en aquellos tiempos. La potencia pasó de 34 a 55 CVs y, tras las pertinentes pruebas, decidieron inscribir al modelo en algunas competiciones deportivas como el BCC, ganándolo en 1962. Esa fue la primera de una larga serie de victorias que continúan en nuestros días, ya que el palmarés del Cooper abarcó triunfos en cantidad de pruebas internacionales.

Tras muchos años en los que se llegó a licenciar el modelo hasta en países como España o Italia, el Cooper llegó a la plenitud de los 90 CVs en las últimas versiones aparecidas a partir de 1991. Las ventas del Cooper habían sido revitalizadas gracias a la aparición del RSP (Rover Special Products), un modelo que tenía un rendimiento no tan bueno pero que resultó muy popular. Así, un nuevo Mini entró en producción a finales de 1991 con nuevos estándares como la inyección multipunto (1997), el catalizador, un radiador montado en la parte delantera y mejoras en la seguridad (recibió un airbag para el conductor y barras laterales de refuerzo). 

El 4 de octubre del 2000 salió el último Mini de la cadena de producción, un modelo mínimamente transformado y con un marcado carácter que había logrado vender en todo el mundo una cantidad cercana a las 5.400.000 unidades. Seguramente cuando Alec lo diseñó en una servilleta de papel no se habría imaginado nunca la repercusión de su creación, a tal forma que ni el éxito de su sucesor espiritual ha podido provocar su olvido.


















Por fin y tras mucho tiempo pude conseguir una de las últimas versiones del Mini con la autoría de SCHUCO, una pequeña obra maestra del diecast que brilla con la luz propia de una pequeña joyita. Siendo posible encontrarlo en algunas ediciones especiales, no tuve tanta fortuna como para encontrarlo en verde y si bien no queda mal en la combinación blanquinegra al fin y al cabo permanece la calidad y podemos quedarnos un ratito disfrutando los detalles del modelo, que incluyen fotograbados, excelente cromados, luces de plástico insertadas o una farera que es una delicia... Sin embargo considero que el interior no está a la altura, si bien tampoco es malo. Ciertamente debo su adquisición a la suerte que tuve al ganarlo en subasta por un precio irrisorio, ya que estos modelitos del fabricante alemán suelen costar bastante caros y además son muy buscados. En fin, otro objetivo logrado; desde luego el aficionado colecccionista lo primero que debe atesorar es la paciencia si no quiere arruinarse pronto.