Pertenece a la colección de "Vehículos de Reparto y Servicio" de la editorial Salvat España.
Hermano mayor de los B15 y B35, el modelo B45 estaba autorizado a llevar 4.500 kilogramos de carga útil siendo todos las copias casi iguales del inglés Ford Thames. Estos vehículos de Motor Ibérica se comercializaron bajo la marca Ebro y obtuvieron muy buenas cifras de venta, siendo elección preferente de los empresarios nacionales dedicados a la distribución de bebidas en los años 60.
El modelo inglés se había presentado en 1949 equipando un motor V8 de gasolina y frenos con servo-asistencia, una reducida cabina con morro diseñada por Briggs Bodies dotada con lo mínimo y suspensiones con las típicas ballestas y amortiguadores hidráulicos. El Thames sería escogido por los ingenieros de Motor Ibérica para producirlo bajo licencia en unas instalaciones propiedad de Ford que acabarían siendo nacionalizadas en 1954, con el fin de producir en un planteamiento autárquico.
Sin embargo, Ebro desechó la idea de comercializarlos con bloques a gasolina y les implantó un motor diesel de cuatro cilindros origen Ford con inyección directa y una probada robustez, de esta forma y con esa base la fabricación comenzó en 1956 empezando por las variantes B15 y B35. Unos años después (1961) sería complementada por la B45 y su fuerte bastidor de dos largueros, frenos hidráulicos y ruedas gemelas para el eje trasero, ideal para aguantar las típicas sobrecargas habituales.
Además, el B45 era muy adaptable para portar todo tipo de carrocerías y por ello se le vio a menudo como camión cisterna, volquete, con cabina doble para bomberos y hasta en versión tractora, como el que utilizaba Iberia para el transporte de viajeros en sus aeropuertos. También esta versión nacional tuvo algunas mejoras en la cabina al contar con unos asientos más cómodos.
Finalmente, en 1964 toda la serie B desaparecería en favor de la serie C, criticada como demasiado continuista aunque contó de nuevo con el respaldo técnico de la Ford británica. Los B quedaron en el recuerdo como unos camiones robustos y económicos, baratos y con un mantenimiento sencillo, aunque (y al igual que sucedió con su sucesor) ya para su época era evidente que se encontraban obsoletos.
Hoy tengo el gusto de presentaros otro botellero repartidor Ebro con los antiguos colores de Coca Cola, vistiendo un molde y una caja de forma muy llamativa. Igualmente, este B45 muestra muchos detalles buenos y bien cuidados como toda la realización de la carga, sus buenas tampografías y unos detalles para nota como el ribeteado rojo de las llantas o las luces traseras insertadas de plástico. Solamente menciono como algo negativo la presencia de unas luces delanteras pintadas y los "pinchitos" de los faros, quedando como algo neutro el interior de la cabina. Sin embargo recomiendo la miniatura por su excelente precio, el nivel de detalle y la estética tan bonita que, en mi opinión, posee.