Pertenece a la colección francesa de kiosko "Passion Camping Car" de la ed. Hachette.
La gama Welcome del fabricante francés Chausson (actualmente propiedad del Grupo Trigano) suponía ser el acceso básico al mundo de las autocaravanas de tipo capuchino. Con su gran cantidad de elementos de personalización disponibles era sencillo encontrar una propuesta ajustada, haciendo más accesible el mundo del camping car a la familia estándar europea.
La gama apareció en 1995 teniendo como objetivo proporcionar una habitabilidad correcta a un grupo de siete personas, compuesto por cinco adultos y dos niños. Para ello se ofrecían siete camas y un ambiente compuesto por una gran banqueta enfrentada a un pequeño comedor, una "toilette" situada en la parte trasera construida en PVC con ducha separada (aunque de tamaño reducido) y una cocina en forma de "L" con un buen volumen de almacenamiento disponible. Dicha cocina incorporaba un fregadero de acero inoxidable, tres quemadores a gas propano y una nevera de 103 litros de capacidad.
La base de esta autocaravana era una furgoneta ligera Ford Transit IV de 2.5 litros con funcionamiento a gasóleo y unos 100 CVs de potencia, debiendo mover una masa de casi 3,5 toneladas de peso y 6,6 metros de largo. Era evidente que las prestaciones no serían destacables por su vivacidad, pero aún así alcanzaba los 125 Km/h a costa de un consumo más bien alto (de unos 12 litros por cien kilómetros recorridos). Posteriormente, Chausson seguiría escogiendo a Ford para equipar su gama baja pero ya con las nuevas generaciones del Transit. No obstante, en la actualidad la serie de capuchinas Welcome se halla sustituida por la gama First Line aunque adaptando chasis procedentes de FIAT.
No es la primera vez que aparece una Transit convertida a autocaravana y de hecho pensé que este modelo era repetido, por lo que estuvo oculto en la vitrina como un par de años sin que me percatase. Como sea aquí os presento uno de los últimos "camping cars" de Hachette/Salvat que veréis en este blog y, al igual que sus hermanos, viene acompañado de la calidad y fidelidad que en en líneas generales mantuvo la colección. Tenemos multitud de detalles finos y bien hechos incluyendo faros delanteros sin pinchitos (casi me emociono y todo), buena tampografía, un correcto interior y una aplicación de pintura casi ejemplar. Como fallos hay que apuntar las ventanas, demasiado opacas, y los limpiaparabrisas, que no se ven muy creíbles.