Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.
El Mochet CM 125 Y ("CM" por el fundador de la empresa, Charles Mochet) fue un microcoche francés de 150 kilogramos lanzado en 1954 y discontinuado tres años después. El modelo 125 Y supone una evolución del primer CM, aparecido en 1952. Estos pequeños automóviles resultaron ser muy rústicos y caros, aunque el modelo CM 125 Y presentaba alguna novedad como su carrocería de plástico y su motor Ydral de dos tiempos refrigerado por turbina.
Charles Mochet había fabricado coches "Velocar" a pedales de madera contrachapada antes y durante la Segunda Guerra Mundial, una solución que encontró su público más fiel en un entorno de escasez y pobreza. Sin embargo los tiempos fueron cambiando y su clientela potencial ya podía embarcarse en la compra de vehículos de segunda mano o microcoches nuevos, por lo que Charles decidió motorizar su propuesta al crear el Type K. Este modelo tenía un propulsor de 99 cm3 y una velocidad máxima de 35 kilómetros por hora, su carrocería era de una chapa muy fina pero ya contaba con sistema eléctrico.
A partir de 1953 el modelo evolucionó bastante en su diseño gracias a su carrocería estilo pontón con faros enrasados y una calandra a base de barras cromadas horizontales. También llevaba un motor de 125 cm3 y unas ruedas de motocicleta, pero a partir de 1955 poseía un bloque de un cilindro y dos tiempos de la marca Ydral, situado detrás y refrigerado por aire. La transmisión se efectuaba por cadena y la caja de cambios era de tipo manual de tres velocidades, el sistema de frenado era mediante una cinta metálica que accionaba los tambores y la dirección por un juego de palancas, tirante y varillas.
También era característica la anchura de vías desigual, siendo más ancho el eje delantero que el trasero, éste poseía una amortiguación por ballestas y y muelles en el eje delantero. El tapón de llenado del tanque se situaba justo en la parte inferior del parabrisas empleando gasolina con mezcla de aceite, siendo el consumo bastante contenido (unos tres litros por cien kilómetros recorridos).
Opcionalmente se podía montar un propulsor Ydral de 175 cm3 que hacía pasar al cochecito desde una máxima de 60 Km/h hasta los 75, aunque esto tenía aparejado el uso de carnet para poder conducirlo y la pérdida de su principal ventaja, el circular sin licencia.
Mochet vio postergado su producto a las secciones de exposición de ciclomotores y no podía exponer en ningún salón del automóvil, pero disfrutó de la ventaja de la crisis del petróleo por la guerra de Suez en términos de economía de consumo. Por ello la empresa decidió poner toda la carne en el asador e incorporó mejoras importantes en su CM 125 Y al dotarlo de encendido y limpiaparabrisas eléctrico, cerraduras, ventanillas corredizas, velocímetro y frenos a las cuatro ruedas. De serie venía pintado en color gris metálico pero ya podía elegirse otra tonalidad opcionalmente.
No obstante todos estos cambios no bastaron para mejorar la situación de la empresa, ya que la capacidad productiva era muy limitada (solo unos 35 coches mensuales) y el vehículo seguía siendo percibido como una máquina cara, muy ruidosa y tosca. Para colmo en 1957 el Estado Francés obligó a los conductores de este tipo de vehículos a contar con un carnet específico. Por consiguiente, Mochet debió terminar de esta forma con la fabricación de su CM 125 tras haber vendido unas 1.250 unidades.
Proseguimos con la aventura de los cochecitos europeos a escala 1:43 editada por Altaya, siendo nuestro invitado de hoy un vehículo de diseño un poco extraño y, como suele ser habitual, totalmente desconocido al menos por mí. La miniatura sigue manteniendo la buena media de calidad de la colección, siendo sin duda para destacar su molde o la realización de algunos detalles como la capota con remaches y la calandra. También me llamaron la atención sus finas ruedas y el interior, verdaderamente espartano. En fin, no dejaremos de sorprendernos con estos modelitos entre simpáticos y "marcianos", de cuya presencia (si no fuese por las fotos) podríamos llegar a dudar.