Pertenece a la colección "Autos Inolvidables Argentinos" de la editorial Salvat Argentina.
Algunas versiones del Peugeot 504, como la berlina y la pickup, se produjeron durante 30 años en las instalaciones de Berazategui (Argentina) a partir de 1969 contabilizando unas 492.000 unidades, todas ellas salidas de la factoría SAFRAR (Sociedad Anónima Franco-Argentina de Automotores). El 504 supuso un hito en la industria automotriz del país austral y su producción casi llegaría al nuevo milenio.
Durante los primeros años de la comercialización argentina del 504 el modelo inicial GL contó con dobles faros circulares y una motorización de 1.6 litros de cubicaje para gasolina. En 1972 apareció la versión "E" con los conocidos faros trapezoidales y un nuevo bloque de 1.8 litros para complementar la gama, compuesta también por la serie "X" y sus tres variantes, siendo la XSE la más lujosa hasta el inicio de la comercialización de los motores de dos litros en 1976.
Pero no sería hasta 1979 cuando apareció la carrocería familiar (o "rural", denominada así en Argentina) importada desde Francia hasta 1983 y con la posibilidad de montar bloques diesel. Toda la gama sufrió un poco antes un restyling que incluyó paragolpes, calandra, retrovisores y molduras en plástico negro, caja de cambios manual de cinco relaciones y colocación de cinturones de seguridad delanteros de tres puntos. Sin embargo, también supuso la desaparición de la versión familiar y el final casi completo de la producción en Europa en favor del nuevo Peugeot 505; no obstante en Argentina aún proseguiría su carrera comercial (incluyendo versiones deportivas y un rediseño de Pininfarina) conviviendo los dos aún durante mucho tiempo.
Sin duda la miniatura de este 504 familiar de PCT para la colección argentina era uno de los modelos más deseados por mí y muchos otros aficionados europeos, ya que la oferta de la versión Break del 504 era cara y escasa. Y sobre todo teniendo en cuenta la gran fidelidad de esta réplica, a la que solamente le falla un poco el interior. Pues bien, el modelo es tan bueno que no desentonaría junto a los Minichamps habituales y podría complementar la gama, a falta de saber si UH (por ejemplo) llegó a fabricar esta variante "rural". Así, contamos con una pintura excelente y un molde exquisito, un buen detallado externo (obviando los faros con "pinchitos" y los limpiaparabrisas) y unas delicadas luces traseras, todo ello complementado con la presencia de un enganche. Sin duda es uno de esos modelos que hay que conseguir; resulta bonito gracias a su tonalidad y además a poco que se busque es muy asequible.