Pertenece a la colección "Vehículos de Reparto y Servicio" de la editorial Salvat España.
La primera furgoneta producida por IMOSA de Vitoria (España) fue la F89L con licencia de la alemana DKW. Este pequeño vehículo de transporte tuvo éxito durante su vida comercial (de 1955 a 1964) y se pudo ver con multitud de carrocerías para pasajeros o mercancías variadas; en el caso de la miniatura de hoy se trataba de una versión chasis-cabina con caja publicitaria destinada a la Vuelta ciclista a España.
Tras el comienzo de la producción en 1955 por parte de IMOSA el ritmo de ventas creció desde las 930 unidades iniciales hasta las más de tres mil de 1957. Fue demandado un permiso de producción aumentada para conseguir ocho mil y rebasar el límite impuesto en cuatro mil, pero la compañía rival SAVA se opuso (al igual que a la solicitud de montaje con motores diesel por parte de IMOSA) y finalmente la cifra autorizada fue de tan solo seis mil.
A lo largo de la vida comercial del modelo IMOSA introdujo algunas mejoras y cambios menores en la estética del frontal, consistiendo sobre todo en la desaparición de la moldura triangular y un aumento de potencia de dos caballos en su motor Auto Union de dos tiempos, refrigerado por agua y con 22 CVs de rendimiento. Esta versión se denominó como 800S y opcionalmente (junto con su hermana menor) pudo montar propulsores a gasóleo específicos como el 932D que ofreció la empresa catalana Matacás.
Es conocido el hecho de que a menudo este tipo de furgonetas como la F89L se sobrecargaban excesivamente y por ello fueron, injustificadamente, objeto de críticas sobre su falta de robustez. Sin embargo, aquellos transportistas que se atuvieron a la masa máxima autorizada encontraron en la F89L una gran herramienta de trabajo sencilla y económica.
Nuevamente tenemos otra simpática versión de la F89L, esta vez formando parte de la caravana publicitaria de las bodegas González Byass de Jerez de la Frontera (España) con motivo de la celebración de la Vuelta Ciclista a España de 1960. Para mí es la mejor versión que ha salido en kiosko de todas las F89L que conozco y no solo por su apariencia tan original, ya que es una miniatura muy bien detallada que cuenta con bastante calidad en todo. Aquí tenemos un molde correcto, buena pintura, excelente tampografía, verdaderas matrículas de época y un interior muy digno. Todo ello está rematado por el muñequito "Soberano" del brandy y además es un modelo altamente disponible a unos precios ridículos, de en torno a los seis o siete euros: una relación calidad-precio pocas veces vista.