Pegaso 3046 París-Dakar 1990 de IXO/Salvat

Pertenece a la colección temática sobre vehículos Pegaso de la editorial Salvat España.

El Pegaso 3046 nació con vocación de ser el modelo más aguerrido y aventurero de todos los camiones de la marca de ENASA. Conocido inicialmente como "Sahara" y luego por "Egipcio" (debido a un pedido hecho por el ejército de ese país), el 3046 era la versión con motor diesel del modelo 3045, un camión medio todoterreno producido bajo licencia DAF con motor Leyland inicialmente.

La serie 3045/3046 apareció con una doble configuración básica consistente en eje trasero con ruedas gemelas o simples, denominándose este último como "Sahara". Estaba claro que ese nombre marcaría su destino al ser ideado como un vehículo propicio para evolucionar por terrenos arenosos, y sin duda ése fue el motivo junto con su buena potencia para que la entonces llamada República Árabe Unida (Egipto) decidiera adquirir varios miles de unidades. Algunas de ellas no encontraron acomodo y acabarían recolocadas en España como vehículos forestales y de Bomberos.

Al igual que el 3045, el 3046 contaba con tracción integral acoplable a voluntad, un sistema de tres transmisiones con reductoras y una caja de cambios ZF con doce velocidades convenientemente protegida contra la arena y el polvo. El bastidor reforzado tenía forma de "U" y el frontal de la cabina, hecha de acero y con especificaciones de iluminación OTAN, contaba con una protección de rejilla para los faros y el radiador. El modelo usaba neumáticos adaptados al desierto aunque se recomendaba quitar presión para favorecer la adherencia.

Sin embargo, el 3046 estaría llamado también a tener un interesante papel en el mundo de la competición en Raids y travesías. Una tarea inesperada ya que (al igual que ocurrió con el automóvil Z 102) el 3045 no estaba pensado para ese fin, pero sus buenas características técnicas lo hicieron ideal para una prueba tan dura como el París-Dakar. Nuestro camión debutaría en la edición de 1984 logrando un meritorio octavo puesto entre los doce vehículos que llegaron a la meta (de un total de 34). Animados por ese éxito, un año después usaron un 3046 modificado que portaba un motor Pegaso Turbo de 225 CVs, una caja de cambios ZF sincronizada y unos depósitos suplementarios de combustible con los que se lograban una autonomía de casi 3.500 Kmts. Este modelo, llamado 7222, ganaría la edición de 1985 del Rallye de los Faraones, lograría la victoria de su categoría en el Dakar de ese año y la tercera posición en la general de camiones.

Pero el 3046 padecía el problema de tener el motor delantero y eso lo penalizaba en sus aventuras africanas ya que cabeceaba en las dunas debido al peso, por ello a partir de 1988 la planta motriz de 225 CVs se colocó detrás y adaptaron toda la cadena cinemática, ampliando de paso la capacidad de la cabina para alojar a un tercer tripulante. No obstante, la firma española tuvo mala suerte debido a factores extraoficiales ya que un accidente al finalizar la década de los 80 ocasionado por un camión DAF Turbo Twin hizo que la organización del Dakar alterase la categoría donde militaba el Pegaso. De esa forma acabaron sus días de competición directa en la prueba reina pero fueron usados como vehículos de apoyo. También por aquellos días Pegaso padecía una situación insostenible y ENASA decidió deshacerse de la marca, desmantelando de paso el equipo deportivo. Algunos de esos "dakarianos" se mantuvieron en activo durante la década de los 90 y aún se pudo ver alguno en el Dakar del 2004 y todavía en las Baja Aragón desde el 2011.
































Sin duda esta miniatura del 3046 del Dakar aparecería tarde o temprano en el mercado, ya que el molde estaba hecho y la demanda por parte del aficionado era incuestionable. Bien, al fin lo tenemos y se puede decir que en general se cumplieron las expectativas... además ya estábamos un tanto hartos de ver los Kamaz. En fin, ya tenemos aquí nuestro modelito y se puede decir que aprueba sin más, sin demasiadas florituras (interior pobre y mala calidad en "cristales", retrovisores y tampografías) pero con un buen molde y algunos añadidos vistosos como las luces y las ruedas. Otra pega que creo que existe es la abundancia de pintura blanca (se observa en las manetas y asas de las puertas) y la mala aplicación del color azul de la caja, pero en general es un modelo aceptable y aunque no se encuentra ni mucho menos dentro de lo mejor de la colección el modelo real tiene su importancia en la historia de la automoción española.