Pertenece a la colección de kiosko "Microcoches de Antaño" de la editorial Altaya España.
El "Kabinenroller" (o Scooter Cabina) fue un microcoche alemán triciclo producido entre 1953 y 1964 en Regensburg, Alemania. Su fabricante, Messerschmitt, lo fabricó en diversas variantes de carrocería y motorizaciones, siendo el modelo que presentamos hoy la versión KR 200 con motor de diez caballos de potencia y 90 Km/h de velocidad. Disponible a partir de 1955, llegó a vender unas 30.000 unidades.
El KR 200 sustituyó al modelo inicial KR 175 manteniendo su chásis, pero esta nueva versión incorporaba algunos cambios en la carrocería (como la pérdida del carenado de los guardabarros delanteros), un rediseño para la cúpula y mejoras en el tamaño de los neumáticos y amortiguadores, siendo hidráulicos para las tres ruedas. El peso aumentó en 23 kilos y también estuvo disponible el "pack" Export con pintura bitono, tapacubos pintados, calefacción, un reloj y parasol.
La burbuja del KR 200 se simplificó mediante el uso de un parabrisas de vidrio curvado más grande que formaba pilares A con los marcos de las ventanas laterales. De esta forma era más compacto y económico de producir, con el añadido de la eficacia del sistema de limpiaparabrisas aumentada gracias al abandono del mecanismo manual por uno eléctrico. Otra diferencia con respecto al KR 175 fue la inclusión de un juego completo de pedales, aunque los frenos seguían siendo mediante cables.
En cuanto al apartado mecánico, su propulsor era ahora un monocilíndrico de dos tiempos Fichtel & Sachs de 191 cm3 colocado delante de la rueda trasera. Era posible (forzando la llave) emplear la marcha atrás pero con las mismas cuatro relaciones del cambio invertidas, como curiosidad el pomo tenía una palanca secundaria para poner punto muerto independientemente de la marcha en que hubiese estado antes, aunque se debía seleccionar la primera marcha antes de comenzar desde parado.
En 1956 se le permitió a su fabricante, Messerschmitt, volver a la producción de aviones y por ello perdió interés en seguir fabricando los microcoches. Sin embargo vendió las instalaciones a Fend (el ingeniero que había diseñado al KR) para poder proseguir con la producción ya que el modelo estaba teniendo éxito, por lo que creó una nueva empresa a la que llamó FMR. De esta forma pudo seguir evolucionando sus productos y eventualmente crear nuevos diseños.
Sin embargo para 1962 las ventas decayeron y eso significó el cese de la fabricación del KR 200 dos años después, ya que la economía alemana estaba en auge y los consumidores de clase media ya podían aspirar a otra clase de vehículos. Igualmente sucedió lo mismo en otros países productores del modelo, como el Reino Unido, donde las ventas del Mini además supusieron una gran competencia.
Hoy presento una nueva variante del famoso KR, en concreto su evolución desde el modelo inicial 175. En lo que respecta a la miniatura, la veo muy semejante en general a la otra que presenté en el verano de 2024; si acaso el aspecto estético externo puede parecernos más vistoso en lo esencial no varían apenas. Quizás el interior ha mejorado un poco (aunque lo mismo ocurre en la realidad), en cambio tenemos algunos defectos más de calidad visibles en la pintura pero solo mediante el macro, por lo que estos fallos pasan desapercibidos en mano. Dejaré al juicio de mis lectores si merece la pena hacerse con este KR 200 o bien con el KR 175, quizás eso dependería sobre todo del grado de "enamoramiento" que tengamos hacia estos vehículos tan curiosos. Por mi parte, me quedo con los dos.
Definitivamente, estos ratones tienen un encanto singular, y, mientras mas raros, mas me gustan. Triciclo, asientos en tándem, entrada por arriba, creo que son pocos los ingredientes que le pueden faltar para ser un juguete imperfectamente perfecto.
ResponderEliminarDada su "artesanalidad", es cierto que tuvo pequeñas modificaciones en su tiempo de vida, alguna mas profunda (forma del parabrisas/techo) y otras mas livianas, como, por ejemplo, el contorno en el que se separa el bicolor.
Entre otros ratones, el Messerschmitt fué uno de los intentos industriales locales, lamentablemente, de corta duración y escasa producción (creo que la empresa se llamaba Panambí).
Como mas de una vez mencioné, pensar que quedaron tirados y desechados durante años, y hoy valen fortunas.
Al menos en fotos, se ve una miniatura (como la mayoría de la colección mini miniatura) bastante correcta, poniéndome en exquisito, alguna imperfección en la división de colores, aunque dicho detalle le da gracia a la pieza (la de Inolvidables Argentinos, probablemente, use la misma matriz, pero en monocromo plateado, si bien queda muy lindo, pero esos detalles bicolor realzaban su presencia.
Pretender demasiado detalle interior en un kiosquero, sería demasiado pedir, aunque, dado su (caluroso) techo transparente, todo agregado se agradece (por la foto, el rectángulo del tablero hasta parece una pantallita de un restomod)
Coincido con tu apreciación, mejor tener ambas versiones
Te mando un gran abrazo
Luis
Aquí por el sur de España directamente no habrían sido prácticos, por que con esa burbuja transparente te asarías cual pollo al microondas. Claramente, la versión descapotable iría al pelo en este caso.
EliminarEl modelo luce bien, de estos bichitos no es el que más me gusta (la versión de cuatro ruedas bicolor que tengo puso el listón alto) pero suma y sigue. Desde luego, el molde le ha dado mucho jugo a IXO.
Estoy de acuerdo contigo, ese interior se ve interesante a pesar de lo diminuto que es.
Abrazos!
Indudablemente, este resulta más atractivo, los guardabarros recortados y el acabado bitono le dan un aspecto menos burgués.
ResponderEliminarPero creo que lo que marca más diferencia es el interior.
El anterior ya tenía un tablero muy detallado, pero este también incluye los guarnecidos laterales de color y con textura propia.
Lamento que tenga defectos de pintura (se notan en alguna foto), pero te tomo que no se notan en la mano (en mi caso seguro que no noto nada!).
Te felicito por el pequeñín.
Es que estos chismes me recuerdan a carritos de bebé de los años 40, con esas redondeces coloreadas en pastel! Pero luego, lanzados a 90 Km/h, se ganan mi respeto...
EliminarEn cuanto a lo de la pintura ni se nota en mano, lo único lo de siempre, que el macro magnifica demasiado lo malo (por otra parte para eso está, para agrandar detalles).
Gracias por la felicitación, la verdad es que está quedando una colección muy curiosa.