De la colección "Nuestros queridos coches años 80" de Editorial Altaya.
Presentado en 1974 en el Salón de Paris, el CX era el sucesor del DS (siendo ambos modelos "tope" de gama del fabricante francés). El diseño correspondió a Robert Opron, quien se inspiró en el prototipo BLMC 1800 del carrocero italiano Pininfarina, y era bastante continuista con respecto a las líneas del modelo SM y GS. Tuvo el acierto de perpetuar la imagen de vanguardia de su antecesor sin que pareciera un mero clon de él, logrando un modelo de líneas fluidas con un coeficiente aerodinámico excepcional al que el modelo debe su nombre ("CX"). Fue el primer vehículo en ser ensamblado en la nueva fábrica de Aulnay (Francia) y el último considerado como un verdadero Citroën antes de que Peugeot comprase la marca en 1974 a instancias del gobierno francés. En total, se produjeron sobre 1.170.000 ejemplares hasta 1991.
Tampoco se quedó atrás ese concepto vanguardista en el diseño del interior, aplicándose lo que se sabía por aquel entonces de ergonomía. Así, la mayoría de los mandos estaban agrupados en torno al volante monobrazo para que el conductor no tuviese que retirar demasiado las manos de él, aunque daba al cuadro un aspecto de "nave espacial" que no todos apreciaron. Por otro lado, ahora los frenos de disco integrales eran más fáciles de accionar que en el DS (aunque seguían requiriendo adaptación, como era normal en los modelos de Citroën de entonces) y el cambio de marchas estaba situado ahora en el suelo aunque no contaba con mando hidráulico. Y, desde luego, se contaba con la famosa suspensión hidroneumática que se había llegado a licenciar incluso a Rolls Royce o Mercedes Benz, que llegó a ser controlada electrónicamente en las últimas unidades salidas al mercado (versión "REGAMO", solamente vendidas a algunos clientes fieles de la marca).
En cuanto a sus motorizaciones, al ser un modelo bastante longevo en el mercado (casi veinte años) conoció múltiples variantes movidas en un principio por gasolina y posteriormente mediante gasóleo (la versión diesel Turbo 2 llegó a ser considerado el diesel más rápido del mundo en 1987). Inicialmente se pensó en incorporarle un bloque rotativo Wankel, pero éste consumía demasiado para el contexto de crisis de la época así que se recurrió a los bloques de dos y dos litros y medio de su antecesor el DS con carburador. Posteriormente llegaron motores (siempre de cuatro cilindros) con turbo e intercooler posteriormente, rindiendo como máximo 168 CVs en la versión Turbo 2 de gasolina.
El modelo inicialmente solo estaba disponible la versión bicuerpo aunque poco después apareció la versión break y la alargada para usos ministeriales principalmente ("Prestige"). De todas formas, carroceros especialistas crearon versiones como la ambulancia, minibús, portacoches o la impresionante "Baggagère" de seis ruedas para el transporte rápido de periódicos.
Al final de su vida comercial convivió con su sustituto, el XM, quien no hizo olvidar a su predecesor ni obtuvo el éxito de ventas del CX.
Hablando ahora de la miniatura, considero que es otra de los "buenas" de la colección de Altaya, por su molde preciso (aunque la luna delantera es quizás un poco exagerada), el color escogido y el detallado externo. También cuenta con un buen interior y el conjunto de luces traseras es muy bueno, no desmereciendo a la calandra. Aunque no está a la altura del modelo de Minichamps, por su precio es una compra muy recomendable para el aficionado.
qué hermoso el citroen!
ResponderEliminarrecuerdo cuando llegó a la argentina en los ochentas,
era un objeto de deseo,
recuerdo el color dorado, muy similar al de tu modelo.
hablando del modelo, se ve magnífico, muy bien terminado y detallado.
Recuerdo haberme montado de pequeño en un GS, que era una especie de versión más económica del CX. Y temía yo mucho a ese coche, pues me mareaba muchísimo en él.
ResponderEliminarAquí fue un coche caro... además para gente no muy convencional (el resto compraba el 131 y otros modelos). Además, los mecánicos temían mucho a estos coches, como les pasaba con los Alfa Romeo, no los querían ver ni en pintura.