Renault Colorale Prairie de IXO/Altaya

Pertenece a la colección francesa de kiosko "Nuestros queridos coches de antaño" de la Ed. Altaya.


El Colorale fue un vehículo familiar, robusto y muy funcional lanzado por la Régie en 1950 con el fin de satisfacer la demanda de este tipo de vehículos que había por parte de los habitantes de poblaciones rurales o en las colonias francesas ("Colorale": COLOniale y ruRALE). La carrocería se fabricaba en los talleres de Chausson y el montaje final en la planta de Billancourt. Además de su gran capacidad de carga, los Colorale podían disponer también de tracción total, por lo que se considera que fue un adelantado a su tiempo en avanzar el concepto actual de SUV (vehículo utilitario y de recreo). Quizás por eso mismo fue bastante incomprendido en su época, su particular estética no convenció y no obtuvo el éxito de ventas que sus creadores esperaban, por lo que fue retirado del mercado en 1957 (su sustituto fue el modelo Frégate Domaine) tras haberse vendido unas 43.000 unidades.

El Colorale llevaba bajo el capó un motor muy conocido, el venerable "85", un cuatro cilindros de válvulas laterales con casi 2.4 litros que había aparecido en el Primaquatre de 1936. Solido pero falto de potencia, sus 46 caballos además eran bastante sedientos pero hacían lo que podían para llevar los 1.640 kilos del Colorale a su velocidad máxima de 100 Km/h. Renault quiso remediar en lo posible la situación y en 1953 sustituyó el motor por un nuevo dos litros que rendia 58 CVs proveniente del Frégate pero que, en contrapartida, tenía un par motor más reducido.

Al menos su gama era bastante completa, pues se podía adquirir en siete versiones: break de cuatro puertas (siendo las traseras de tipo "suicida") llamado "Prairie" (pradera), la dos puertas "Savane", la versión para taxi de seis plazas, furgoneta, pickup, caja plana y chasis-cabina para acoplarle una carrocería. Y cada uno de ellos podía ser elegido con tracción total si era necesario, además de que contaba con buenas aptitudes todo-terreno gracias a su estudiada suspensión.

























La miniatura de este Colorale recoge el testigo de otras que ya se comercializaban a 1:43 en los años 50, por lo que si bien este automóvil es bastante desconocido para nosotros los españoles no podemos decir que no será por la tradición que tiene en el mundo de las miniaturas. Esta versión de IXO está bastante bien en general, pero cuenta con el habitual exceso de pintura que contribuye a que el modelito cuente con unas formas más "regordetas" de lo normal. Los bajos son realmente malos y ocultan muy irrealmente los ejes (sobre todo el trasero), pero al menos pusieron ruedas realmente de "todo terreno" y externamente cuenta con algunos buenos detalles (matrículas, luces, la calandra...). El interior es un tanto pobre pero eso es lo que uno más o menos espera en este tipo de miniaturas, así que se lo perdonaremos. Concluyo con la observación de que a mí este modelo siempre me ha parecido como una especie de Renault 4 "inflado" por el tubo de escape...